¿Qué se espera del trabajo periodístico?

Pregunta compleja que difícilmente hemos podido siquiera aventurarnos a responder aquellos quienes lidiamos con este oficio, menos aún los otros que todavía confían en los medios, ya sea por fuerza o por costumbre y que siempre esperan algo que rara vez aparece: el criterio. Más allá de buscar culpables, ya sea en la formación académica o en la de-formación profesional, es cierto que hubo una sociedad que aceptó esta forma de comunicación y más temprano que tarde quedó atrapada para siempre en aquel peligroso efectismo.

A propósito de los últimos casos de reporteo amarillo, ese que explota en falacias emotivas y domina la persuasión simple, es bueno entender que estos no son los primeros y probablemente no serán los últimos, la emotividad sigue siendo una trampa muy esquiva de burlar. No obstante, las casi 3 mil denuncias que, al cierre de este artículo, tiene el programa Teletrece Central en el CNTV, en específico, por su transmisión del 23 de diciembre “por trato denigrante hacia una persona”, pone urgencia en definir, sin eufemismo alguno, esta soberana estupidez que ataca al ejercicio periodístico desde sus orígenes y que hoy, con una sociedad más empoderada, parece -esperemos- tener sus días contados.

La historia reciente es simple. Tras la discutible cobertura informativa acerca de los incendios que afectan a la Ciudad Jardín y sus alrededores, que ponía el foco en la amplificación del sufrimiento por sobre las eventuales soluciones, la periodista de Canal 13 Mónica Pérez no dudó un segundo en preguntarle a un ciudadano que había perdido todo, a horas de las fiestas “¿Cómo va a celebrar la Navidad mañana, qué piensa hacer?”, lo mismo se repitió en otro despacho, de la misma señal, donde un “avezado” Polo Ramírez, vuelve a la carga con pregunta similar a una pobladora del sector, que se encargaba de un almuerzo comunitario para los afectados por el incendio.

¿Más perlas? En otro lugar de la región Humberto Sichel, destacado periodista de CHV, aporta con su “¿Qué necesitan?” ante la evidente destrucción y las pilas de escombros en la zona misma del siniestro o Iván Núñez, rostro de TVN, consultándole a la alcaldesa de Viña del Mar acerca de “¿Qué va a pasar con el Festival de Viña?”.

¿Por qué lo anterior es inaceptable? No es necesariamente por las preguntas, es más, puede haber algo de cándida y honesta curiosidad para alguien que no ha sufrido lo bastante. El problema es el contexto y el criterio que usa el profesional para determinar que lo que pregunta no hiere ni daña a su interlocutor y que, por el contrario, sigue siendo extremadamente útil. Pensamiento crítico le llaman.

Y no, no se trata de descontextualizar, ni menos satanizar la profesión, es intentar erradicar de una buena vez esa práctica tendenciosa que exacerba el drama para mantener la tensión sobre el despacho, ya que no es primera vez que pasa y no hay razón alguna para decir que no lo “vieron venir”. Algunos colegas siguen preguntando aquello porque creen a ciencia cierta que “es la forma de hacer periodismo”. Indagar en los datos nunca será lo mismo que exponer la intimidad de las personas.

¿Torpeza?, ¿mala voluntad? Yo quiero pensar -no creer- que es una simple mala costumbre -no por eso menos reprochable- la que mantiene en el ejercicio periodístico aquellas “mañas” que sabemos diluyen la razón y se vuelven útiles sobre las grandes audiencias solo cuando de rating se trata. Una gran falacia de tradición, ¡siempre se ha hecho así!, amarillismo en todas sus letras, que dicho sea de paso viene de la precisa traducción de “yellow”: cobarde y cruel; falsa empatía para ganar televisores encendidos, la versión televisiva del “clickbait” en redes sociales. Una carnada para obtener un miserable punto más de pantalla, otro poco más de “engagement”, un momento más de recordación en las personas; simple y burdo espectáculo que se sostiene en el dolor ajeno.

Los casos suman y siguen, periodistas que dejan hablando solos a sus entrevistados cuando alguien de alcurnia o que ostenta cierto poder entra en escena, sin siquiera despedirlos o cerrar el despacho; o esos otros, agazapados en los paraderos de transporte público en pleno invierno para ir detrás de la “cuña” fácil de quienes, muy en la madrugada y esperando molestos por la aglomeración y el agua que les escurre gracias a la imprudencia de los conductores, siempre van a tener palabras de desconsuelo para la “camarita amiga”.

Este “estilo”, por darle nombre a la ignominia, es el resultado de un círculo vicioso de acciones que pretendían explicar, en las escuelas de periodismo, así como en los medios y siempre desde el status mas nunca desde lo razonable “de lo que se trataba el periodismo”, “de la necesidad de entretener por sobre cualquier cosa” o, como se justifican algunos programas de dudoso fin informativo, “de llevar alegría a cualquier costo para las personas que lo están pasando mal”. Todo, un mero espectáculo en búsqueda de rentabilidad, donde el miedo y la risa fácil movilizan el deseo y la fidelidad al producto, desplazando la razón.

Algunas veces, las pocas, la industria ha acusado el golpe, no por nada y hace algunos años es que los programas de entretención matutina incluyen, por ejemplo, periodistas para darle el “tono” responsable a la información que, peligrosamente y debido al alcance de una transmisión de tres o más horas, allí se expresa como única y verdadera. Sin embargo, esos mismos periodistas terminaron sucumbiendo a la opinión fácil, al “baile de moda” y hasta “un desfile en tacones” entre otras lúdicas expresiones, constatando que, si nadie extraña la información de calidad, jamás se hará el esfuerzo para sostenerla.

Ahora es el momento que amerita una revisión acerca de lo que promulgamos en los programas de estudio, lo que enseñamos en las aulas y que luego torcemos en el consejo de pasillo acerca de cómo hacer “más sabrosa la transmisión”.

Hay un periodismo que nunca fue útil y sin embrago nos hicieron creer que era la única forma. Pues no, hoy la gente habla, impugna en cámara, no tiene miedo de negar un despacho mal conducido o evidentemente manipulado, repudia la prensa facilista y esquiva al reportero tipo “payaso de matinal”, no porque se hayan vuelto graves y no quieran una cuota de alegría en sus vidas, sino porque hoy, más que nunca, necesitan de información de calidad, sin endulzar y con la suficiente certeza para construir su propia opinión: ¿Quién sabe si no es esta la forma de creación de una nueva y real opinión pública? Un llamado de atención a aquellos que todavía no entienden el objetivo primordial del buen periodismo que lleva décadas entreteniendo y ha olvidado, a veces convenientemente, educar e informar.

Porque el periodismo es mucho más que reportear o comunicar ¡Todo el mundo lo hace!, mucho más que usar un lenguaje particular o un formato específico -lo que incluye lo innecesario de ese sonsonete absurdo del periodista deportivo imitando el timbre marplatense o aquella melodía mal acentuada de la voz en off de los noticieros y reportajes- el periodismo debe ir más allá, ya que tiene en su praxis otorgar una mirada -de preferencia- distinta, informada y argumentada que sugiere, desde la ponderación de una serie de fenómenos sociales, una lectura posible para entender los procesos culturales, propiciando una comunicación directa con las audiencias quienes, aún en este mal momento, siguen considerando al periodista como un actor necesario. El periodista podrá ser entonces un líder de opinión que, como especialista del lenguaje y la comunicación, pueda ayudar a otros a entender, anticipar y resolver desde una reflexión honesta -y desde cualquier soporte- aquello que les permita hacer frente al cada vez más complejo escenario social.

Quizás pueda ser difícil aceptar que las formas han cambiado y aquello que antes era “la forma” correcta, hoy no es más que ruido. El punto es si estamos dispuestos a asumir tal desafío y aplicar mayor empatía -de la buena- a la hora de informar.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You missed

Gobierno apela a determinación del Tribunal Ambiental por Dominga


[Inserta el contenido del artículo aquí.]

El gobierno ha decidido apelar a la reciente determinación del Tribunal Ambiental relacionada con el controvertido proyecto minero Dominga. Esta decisión ha generado un amplio debate en la esfera pública, influyendo en diversas áreas como el medio ambiente, la economía y la política.

La apelación surge como respuesta a la resolución del Tribunal Ambiental que había fallado a favor del proyecto Dominga, permitiendo su avance tras años de disputas legales y administrativas. El proyecto Dominga, que contempla la extracción de hierro y cobre en la Región de Coquimbo, ha sido objeto de intensas críticas por parte de organizaciones ambientalistas y comunidades locales, quienes argumentan que podría causar un daño irreparable a los ecosistemas marinos y terrestres de la zona.

El gobierno, al presentar su apelación, argumenta que el fallo del Tribunal no consideró adecuadamente los impactos ambientales negativos que el proyecto podría tener. Además, se cuestiona la evaluación de los estudios de impacto ambiental presentados por la empresa encargada del proyecto, que según las autoridades, contienen deficiencias significativas.

Por otro lado, los defensores del proyecto Dominga sostienen que se han cumplido todos los requisitos establecidos por la normativa ambiental y que el desarrollo del proyecto traerá importantes beneficios económicos, incluyendo la creación de empleos y un impulso a la economía local. La empresa a cargo del proyecto ha manifestado su disposición a implementar medidas de mitigación para minimizar los posibles efectos adversos en el medio ambiente.

La controversia en torno al proyecto Dominga también ha tenido repercusiones políticas, polarizando aún más a los distintos sectores del país. Mientras que algunos grupos políticos apoyan la decisión del gobierno de apelar, argumentando la necesidad de proteger el medio ambiente y las comunidades locales, otros critican la medida, señalando que obstaculiza el desarrollo económico y la inversión extranjera.

En este contexto, el debate sobre Dominga se inserta en un marco más amplio de discusión sobre el modelo de desarrollo que el país desea seguir, equilibrando la protección del medio ambiente con el crecimiento económico. La apelación presentada por el gobierno será revisada por instancias judiciales superiores, que deberán considerar los argumentos de ambas partes antes de emitir un veredicto final.

La decisión de apelar también pone de manifiesto la importancia de fortalecer los procesos de evaluación ambiental en el país, asegurando que sean rigurosos y transparentes. Este caso resalta la necesidad de contar con mecanismos efectivos que garanticen que los proyectos de gran envergadura como Dominga se desarrollen de manera sostenible y responsable.

En conclusión, la apelación del gobierno a la determinación del Tribunal Ambiental en el caso del proyecto Dominga es un reflejo de las complejas interacciones entre desarrollo económico y conservación ambiental. El resultado de este proceso judicial tendrá implicaciones significativas para el futuro de la minería y la protección del medio ambiente en el país.

Romeral avanza hacia la minería subterránea: explotación sería hasta 2034


La localidad de Romeral, ubicada en la región central de Chile, se encuentra en un momento crucial de su desarrollo minero. Recientemente, se ha anunciado un ambicioso proyecto que transformará la manera en que se extraen los recursos minerales en la zona. Este proyecto apuesta por la minería subterránea, una técnica que promete extender las operaciones mineras hasta el año 2034 y que podría traer consigo importantes beneficios económicos y medioambientales para la región.

La decisión de avanzar hacia la minería subterránea en Romeral responde a varios factores. En primer lugar, la explotación a cielo abierto, aunque efectiva, ha comenzado a mostrar signos de agotamiento en términos de productividad y sostenibilidad. Los yacimientos superficiales están siendo cada vez más difíciles de explotar sin incurrir en costos ambientales y económicos significativos. La minería subterránea, por otro lado, ofrece la posibilidad de acceder a depósitos más profundos y ricos en minerales, lo que podría revitalizar la producción minera local.

Además de las ventajas económicas, la minería subterránea presenta beneficios ambientales que han sido bien recibidos por la comunidad local y las organizaciones ecologistas. Al trasladar las operaciones bajo tierra, se reduce significativamente el impacto visual y el deterioro del paisaje, un aspecto que ha sido motivo de preocupación para los residentes y turistas que visitan la región. Asimismo, este método minimiza la producción de polvo y ruido, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de las poblaciones cercanas.

El proyecto de minería subterránea en Romeral no solo se centra en la extracción de minerales. También incluye una serie de iniciativas destinadas a mejorar la infraestructura local y fomentar el desarrollo sostenible. Entre estas iniciativas se encuentran la construcción de viviendas para los trabajadores mineros y sus familias, la mejora de las carreteras y la implementación de programas de capacitación para la comunidad. El objetivo es crear un entorno que no solo sea económicamente viable, sino que también promueva el bienestar social y ambiental.

A pesar de los beneficios potenciales, la transición hacia la minería subterránea no está exenta de desafíos. La inversión inicial es considerablemente mayor que en la minería a cielo abierto, y se requiere de tecnología avanzada y personal altamente capacitado para llevar a cabo las operaciones de manera segura y eficiente. Sin embargo, las autoridades locales y las empresas mineras están comprometidas con superar estos obstáculos, convencidos de que los beneficios a largo plazo justificarán los esfuerzos y recursos invertidos.

La implementación de este proyecto también requerirá de un marco regulatorio sólido que asegure la protección del medio ambiente y los derechos de las comunidades locales. Las autoridades gubernamentales han manifestado su intención de trabajar de la mano con las empresas mineras y las organizaciones no gubernamentales para establecer estándares que garanticen una explotación responsable y sostenible de los recursos naturales.

En conclusión, el avance hacia la minería subterránea en Romeral representa una oportunidad única para transformar la industria minera de la región. Con una planificación cuidadosa y un enfoque en el desarrollo sostenible, este proyecto podría marcar el inicio de una nueva era de prosperidad para la comunidad local y el medio ambiente. La explotación minera hasta 2034 no solo promete beneficios económicos, sino que también podría establecer un precedente para futuras iniciativas mineras en otras partes del país.

Gobierno confirma que apelará decisión del Tribunal Ambiental en el marco del Proyecto Dominga


En un contexto de creciente preocupación y debate público sobre el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, el Gobierno ha anunciado su intención de apelar la reciente decisión del Tribunal Ambiental relacionada con el controvertido Proyecto Dominga. Este proyecto, que ha estado en el centro de la discusión política y social debido a sus potenciales impactos ambientales, ha generado divisiones entre diversos sectores de la sociedad, incluyendo comunidades locales, organizaciones ecologistas, empresas y representantes del gobierno.

El Proyecto Dominga, una iniciativa minera y portuaria, ha sido objeto de un intenso escrutinio debido a su ubicación cercana a áreas ecológicamente sensibles y su posible impacto en la biodiversidad local. Los defensores del proyecto argumentan que podría generar significativos beneficios económicos, incluyendo la creación de empleos y el impulso al desarrollo regional. Sin embargo, los críticos sostienen que estos beneficios económicos potenciales no compensan los riesgos ambientales, que podrían incluir la destrucción de hábitats naturales y la contaminación de recursos hídricos.

La decisión del Tribunal Ambiental, que inicialmente dio luz verde al proyecto bajo ciertas condiciones, ha sido recibida con escepticismo por parte de varias organizaciones ambientalistas y grupos comunitarios. Estos actores han manifestado su preocupación de que las medidas de mitigación propuestas no sean suficientes para proteger el ecosistema frágil de la región. En respuesta a estas preocupaciones, el Gobierno ha decidido apelar la decisión, buscando una revisión más exhaustiva del proyecto y sus impactos potenciales.

La apelación del Gobierno refleja un intento de equilibrar las consideraciones económicas y ambientales en la toma de decisiones sobre grandes proyectos de infraestructura. Este enfoque es esencial en un contexto global donde el cambio climático y la sostenibilidad se han convertido en prioridades críticas. Al apelar la decisión del Tribunal Ambiental, las autoridades buscan asegurar que cualquier desarrollo económico no se realice a expensas del medio ambiente.

Este caso también pone de relieve la complejidad de la gobernanza ambiental en el país, donde las decisiones sobre proyectos de gran envergadura requieren de la coordinación entre diversas entidades gubernamentales, el sector privado y la sociedad civil. La apelación podría establecer un precedente importante sobre cómo se manejan las decisiones ambientales en el futuro, influyendo en la forma en que se desarrollan otros proyectos similares en el territorio nacional.

En el trasfondo de esta discusión se encuentra el desafío de promover un desarrollo sostenible que no solo considere los beneficios económicos inmediatos, sino también los impactos a largo plazo en el medio ambiente y las comunidades locales. A medida que el país busca avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible, casos como el del Proyecto Dominga ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre las políticas y prácticas actuales, y para considerar cómo mejorar los procesos de evaluación ambiental y de toma de decisiones.

La apelación también subraya la importancia de la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones ambientales. Las comunidades locales y las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel crucial al proporcionar información valiosa y representar los intereses de aquellos que son más directamente afectados por proyectos de gran escala. A través de consultas públicas y mecanismos de participación, es posible lograr un diálogo más inclusivo y transparente, que permita la consideración de diversas perspectivas y el fomento de soluciones más equilibradas y justas.

El proceso de apelación del Gobierno también podría abrir la puerta a un debate más amplio sobre las políticas de desarrollo y las prioridades nacionales en materia de medio ambiente. Este debate es fundamental en tiempos en que los desafíos ambientales globales, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, requieren de respuestas coordinadas y ambiciosas a nivel local y nacional. Las decisiones que se tomen en relación con el Proyecto Dominga podrían tener implicaciones significativas para el futuro de la política ambiental en el país.

En conclusión, la decisión del Gobierno de apelar la resolución del Tribunal Ambiental sobre el Proyecto Dominga es un paso importante en la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección ambiental. Este caso no solo es relevante para las partes directamente involucradas, sino que también ofrece lecciones valiosas para el manejo de proyectos similares en el futuro. En última instancia, el objetivo debe ser asegurar que el desarrollo económico se realice de manera sostenible, garantizando la protección del medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales.