La sociologÃa no nació en el laboratorio higienizado de un solitario pensador. Nació de las pasiones de hombres y mujeres que con ahÃnco, y de manera colectiva, encontraron los principios genuinos de organización de la sociedad, subvirtiendo las creencias producidas por el discurso dominante sobre supuestas “leyes naturales” que guiaban el “desarrollo social”
En nuestro Norte Grande se pensó sociológicamente de manera temprana,al calor de los movimientos de los trabajadores de la pampa a comienzos del siglo XX, quienes no solo diagnosticaron la situación de inequidad social sino que también definieron posiciones polÃticas para el porvenir.
Tal como lo realizó Zola (1903:24) con un pensamiento social genuino y profundamente enraizado en el movimiento social, quien advirtió anticipadamente la necesidad de “constituir una gran federación de obreros, una sociedad vasta y bien organizada “ y también señaló que está Federación podrÃa “convertirse en la República del Trabajo, la que se iniciarÃa con una fiesta roja que hiciera conmover los cimientos en que descansa la República burguesaâÂ
Los soportes iniciales del pensamiento social en la Pampa del Tamarugal fueron los panfletos, la literatura y también los tratados de la intelectualidad obrera e indÃgena que Mariategui -para los andes en general- supo interpretar con tanta presión y gesto estético.
Más de 5 décadas después, durante los gobiernos democráticos de Eduardo Frei y Salvador Allende, entre Antofagasta y Arica, se formaron cuadros profesionales al calor de las transformaciones sociales y polÃticas del momento, quienes asumirán posteriormente, en tiempos de autoritarismo, asumirán la continuidad de la disciplina
En medio de la larga noche de los 17 años, pese a la tortura, el cierre de carreras y la desaparición forzada de colegas, surge nuevamente el pensamiento sociologico, y no lo hace precisamente en las Universidades, sino que emerge desde el movimiento de lo social, justamente al calor del desarrollo de las tareas democráticas y la recomposición del vÃnculo social entre los Chilenos.
Fue la organización barrial, la iglesia comprometida, los organismos no gubernamentales, las comunidades originarias las organizaciones que le dieron soporte para existir socialmente, en dicho contexto.Â
EspecÃficamente el año 1982 se reorganiza el Colegio de Sociólogos y Sociólogas de Chile, el cualÂ
Se planteó, entre muchas otras tareas “Estimular las investigaciones cientÃficas de interés sociológico y organizar congresos nacionales e internacionales”.Â
Pese a la barbarie, nuestra disciplina se revitalizó en los centros urbanos, los valles y altiplano de los Andes del Sur, su renacer es Intercultural y también popular, para luego – y en el contexto de la administración democrática del neoliberalismo- resurgir en el reconocimiento por parte del estado a su Organización Gremial.
En dicho contexto, en la ciudad de Iquique, a comienzos de la década de los 90 un puñado de sociólogos fundaron la Carrera de SociologÃa, una expresión más de nuestra disciplina en el Norte de Chile.
Por el retorno de la sociologÃa al espacio público, por la mancomunión entre la intelectualidad sensata y las organizaciones vivas del territorio, se hace urgente fortalecer nuestra disciplina en el Norte Grande; y desde la cordillera al mar, con las organizaciones vivas del territorio, los colegas desplegados en las instituciones del estado y otras organizaciones.