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El antiguo tópico que dice que el deporte no se debe mezclar con la política parece desvanecerse con el paso del tiempo. En un mundo en el que las causas perdidas encuentran en el deporte una plataforma de reivindicación, la política y el deporte parecen ser inseparables. Este es el caso del Club Deportivo Palestino, situado en la Cisterna, un barrio en Santiago de Chile, a 13.228 kilómetros de la capital palestina, Ramallah.

José Ignacio Nabzo, jefe de comunicaciones del Club Deportivo Palestino, descarta la idea de que el deporte no deba mezclarse con nada. La entidad chilena fue fundada por colonias de Oriente Medio en 1920, casi tres décadas antes de la conformación del Estado de Israel. Desde sus inicios, la institución nace con espíritu de lucha y libertad, representando la resistencia del pueblo palestino.

El Club Deportivo Palestino es un relato vivo de la presencia palestina en Chile. Según Nabzo, la fecha de origen del club es una respuesta a aquellos que, a partir de 1948, se asentaron en lo que era Palestina y afirmaron que no había nadie allí. “Ya en 1920 había palestinos en Chile que querían conservar su cultura y querían contarle al mundo lo que pasaba”, explica.

El club ha llevado a cabo numerosas iniciativas en defensa de la causa palestina en la Primera División de Chile. Los futbolistas han saltado al campo con la ‘kufiya’, han llevado el mapa de Palestina en sus equipaciones y han mostrado pancartas en apoyo a las víctimas del conflicto con Israel. Sin embargo, Nabzo aclara que no se meten directamente con la política ni con la religión. “La causa palestina es una causa humanitaria. A través del deporte abogamos por los derechos de los palestinos. Para el club es un orgullo poder, a través del deporte, gritar que Palestina sea libre”.

En lo deportivo, el Club Deportivo Palestino también ha hecho oír su voz. Actualmente ocupan el segundo lugar en la clasificación de la Primera División de Chile y han llegado a la fase de grupos de la Copa Libertadores. «Hemos logrado posicionar al club de manera importante, compitiendo en torneos internacionales -Libertadores o Sudamericana- prácticamente todos los años. Fuimos campeones nacionales en dos ocasiones y de la Copa de Chile hasta tres veces, todo eso sin olvidar el origen del club”, destaca Nabzo.

Más allá de los logros deportivos y el activismo político, el club mira al futuro con ambición. Según Nabzo, el club está en un momento crucial de su historia, en plena etapa de crecimiento. «Después de 36 años sin participar en torneos internacionales, llevamos ocho de diez en la última década. Y tenemos, en este momento, dos grandes proyectos: volver a ser campeones de fútbol chileno en menos de una década y la remodelación de un estadio a la altura de lo que el club merece», concluye Nabzo. Porque la vida, el deporte y la lucha continúan.

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