Fabio Quartararo, el francés de 24 años y uno de los mayores talentos del motociclismo actual, ha sido una de las figuras más codiciadas en el mercado de MotoGP para el próximo bienio 2025-26. Su destreza en la pista y su juventud han hecho de él un objetivo atractivo para muchas escuderías. Sin embargo, sorprendentemente, Quartararo ha decidido seguir con Yamaha, la marca con la que ha hecho toda su carrera en MotoGP.
Durante algún tiempo, Quartararo expresó su frustración por la inferioridad de su Yamaha en comparación con las fábricas europeas (Ducati, KTM y Aprilia). También se mostró insatisfecho con la ausencia de evoluciones en el proyecto de Yamaha, que ha estado inmersa en su peor crisis de resultados que se recuerda. La situación se volvió tan tensa que Quartararo parecía sugerir que estaba dispuesto a explorar nuevos caminos fuera de Yamaha. Los rumores en el paddock apuntaban a que estaba considerando un traslado a Aprilia o incluso a Ducati.
El anuncio de su renovación este viernes fue bastante sorprendente, dada la situación actual de Yamaha y la actuación de Quartararo en los dos grandes premios que se han disputado hasta ahora. En estos eventos, Quartararo terminó en el undécimo y séptimo lugar, respectivamente, muy lejos de la victoria. A pesar de las promesas de mejoras de Yamaha, estas aún no se han materializado. Sin embargo, Quartararo parece convencido de que la marca está en una trayectoria ascendente y que los cambios internos en la estructura de la marca japonesa son alentadores.
El contrato de Quartararo por dos temporadas más ha calmado el mercado de MotoGP, que estaba muy pendiente de su decisión. Un posible cambio de aires del francés habría generado un efecto dominó en el juego de sillas para las dos próximas temporadas. A día de hoy, solo seis pilotos, incluyendo a Quartararo, tienen asegurado su futuro: Luca Marini y Johann Zarco, que firmaron con Honda hasta 2025; Brad Binder, con un contrato de larga duración con KTM hasta 2026; Fermín Aldeguer, que subirá a MotoGP con Ducati el próximo año; y Pecco Bagnaia, el actual campeón, quien fue el primero en anunciar su renovación por dos años con Ducati.
Quartararo ascendió a MotoGP en 2019 con el equipo satélite de Petronas Yamaha. En ese momento, Yamaha era una de las marcas más codiciadas. Quartararo destacó desde su primera temporada, protagonizando varios duelos de última vuelta con el entonces amo y señor del motociclismo, Marc Márquez. Un año después, sumó sus primeras victorias y en 2021 se unió al equipo oficial de Yamaha, reemplazando al mayor icono de la marca, Valentino Rossi. Ese mismo año, Quartararo ganó el título, el primero para el motociclismo francés en MotoGP, y parecía el inicio de una nueva dinastía.
Sin embargo, la situación cambió drásticamente la temporada siguiente. A pesar de un inicio fulgurante, Quartararo, que lideraba el campeonato a mitad de temporada, acabó perdiendo una ventaja de 91 puntos sobre Bagnaia, que terminó siendo campeón del mundo. Quartararo cometió errores, pero la mayor parte de la culpa recaía en Yamaha, que no pudo competir mecánicamente contra el avance de Ducati. La situación se agravó en 2023, cuando Quartararo solo pudo conseguir tres podios, todos en la tercera posición, terminando en la pobre décima posición en la clasificación general.
A lo largo del año, Quartararo pidió mejoras a Yamaha. La desventaja entre Yamaha y las marcas europeas parecía haberse ampliado. Sin embargo, Quartararo ha visto algo en el nuevo rumbo que ha tomado la marca en MotoGP y no tiene prisa por volver a la senda de los éxitos de la manera más rápida. «Todavía tenemos un largo camino por delante para volver a luchar por la victoria. Trabajaré duro y estoy seguro de que, juntos, conseguiremos nuestro sueño una vez más», declaró. Un sueño que, sin duda, implica volver a reinar en MotoGP para el que es el último campeón de Yamaha.