El pasado jueves, la comuna de Illapel sufrió una de las peores catástrofes de los últimos años. Un devastador incendio consumió el 70% de los locales de la Plaza de Abastos, dejando a más de 200 comerciantes en la indefensión. Pero la tragedia no terminó ahí. El día siguiente, el fuego se reactivó y terminó destruyendo lo que quedaba del tradicional recinto.
Asimismo, el siniestro también afectó parte del terminal de buses de la comuna. Las llamas no solo devoraron las estructuras y mercaderías, sino también los sueños y el sustento de cientos de familias. Los comerciantes y emprendedores que dependían económicamente de la plaza, ahora se encuentran sin su fuente laboral, enfrentando un futuro incierto.
Ante la magnitud de la tragedia, el delegado presidencial Galo Luna, viajó hasta Illapel para comprometer el apoyo del Gobierno. Luna, junto con otras autoridades como el alcalde Denis Cortés y los seremis de Economía y de Trabajo, se comprometieron a ayudar a los comerciantes a retomar sus actividades en el corto plazo y a buscar los canales para construir una nueva Plaza de Abastos en el futuro.
Pero más allá de los compromisos gubernamentales, los afectados enfrentan un profundo dolor emocional. Algunos de ellos, incluso, sufrieron ataques de pánico frente a la magnitud de la tragedia.
Marcia Olivares Astudillo, presidenta de la Agrupación Gremial de la Plaza de Abastos de Illapel, compartió con El Día el duro golpe que ha significado para ellos la pérdida de la plaza. “Estamos muy tristes, hemos llorado harto, porque es el esfuerzo de muchas familias. Nos quedamos con los brazos cruzados porque dependemos y vivimos diariamente de nuestro negocio, por lo que ver todo destruido en segundos es terrible”, expresó.
De igual forma, Norma Tapia, otra de las afectadas, no pudo contener el llanto al relatar su experiencia. A pesar de la inmensidad de la tragedia, Tapia mantiene la esperanza de superar la adversidad. “Vamos a salir adelante, todos juntos lo vamos a lograr. Tenemos la confianza en Dios de que nos van a ayudar y vamos a volver a tener una Plaza de Abastos”, manifestó.
Por otro lado, Patricio Astudillo, cuyos padres son comerciantes de toda la vida en la plaza, admitió que, a pesar de estar caminando sobre las cenizas y restos quemados, tienen la esperanza de que pronto puedan retomar sus actividades. “Ha habido palabras de aliento, de apoyo y disposición de la municipalidad para poder concretar soluciones prontas y eso es muy importante. Esto ayuda también al alma, a la tranquilidad, mi mamá tuvo una crisis de pánico ayer con lo ocurrido”, contó.
El delegado presidencial, Galo Luna, aseguró que el Gobierno dispondrá de todas las herramientas para ayudar a los afectados y que ya se está trazando la ruta para recuperar el espacio perdido. “Vamos a ir disponiendo los instrumentos que tiene el Estado, a través de Sercotec, Corfo, Indap, Fosis e ir apoyando, sobre todo, en la capitalización para que todos los locatarios puedan reemprender, pero no podemos perder de vista lo que se perdió con este incendio, que es un patrimonio de la ciudad, de la Provincia del Choapa, que genera turismo, economía, identidad y cultura, por tanto, vamos a seguir apoyando al alcalde para ir recuperando este espacio”, afirmó.