Un Ambicioso Proyecto de Estimulación de Lluvias Apunta a Mitigar la Sequía en la Región de Coquimbo
La Junta de Vigilancia de Río Elqui y la Corporación para el Desarrollo y la Integración Paso Agua Negra (CORPAN), han dado luz verde a un innovador plan piloto destinado a estimular las lluvias en la región de Coquimbo. Este proyecto, conocido como «bombardeo de nubes», es una iniciativa de la empresa mexicana Startup Renaissance, cuyo objetivo es combatir la sequía que afecta a la región desde hace más de una década.
El pasado viernes se realizó el primer vuelo de prueba del plan, a cargo del avión King Air B100, que despegó del aeropuerto La Florida de La Serena. El avión está equipado con la tecnología RainMate, que utiliza una solución de acetona y núcleos de yoduro de plata para estimular la formación de lluvia. Este proceso se basa en la investigación del científico estadounidense Bernard Vonnegut, quien descubrió que el yoduro de plata es la sustancia más eficaz para aglutinar la humedad en las nubes y promover la formación de cristales de hielo.
Primeros Resultados
Tras el primer vuelo de prueba, los representantes de la Junta de Vigilancia del Río Elqui y CORPAN se reunieron con personal del CEAZA para cuantificar el impacto del bombardeo de nubes. Según Alex Cortés, gerente de la Junta de Vigilancia del Río Elqui, los primeros resultados son alentadores. En Vicuña, donde se realizó la estimulación de lluvias, se registraron 72 mm de precipitación, superando la predicción de 40 mm.
Sin embargo, Cortés enfatizó que los resultados son preliminares y que se necesitan más pruebas para tener una evaluación más precisa del programa.
¿Qué tan efectivo es?
Según la Junta de Vigilancia del Río Elqui, el programa de estimulación de lluvias traza rutas específicas dentro de polígonos de trabajo definidos, con el objetivo de incrementar las precipitaciones en invierno. Estudios indican que este método podría aumentar las precipitaciones en un 23%, superando el incremento del 10% logrado con métodos tradicionales.
Además, no se han encontrado evidencias de impactos ambientales negativos significativos. De hecho, estudios desde la década de 1950 han demostrado que la cantidad de yoduro de plata utilizada está muy por debajo de los niveles tóxicos para el medio ambiente. Además, la estimulación de lluvias no afecta la precipitación en áreas vecinas y puede beneficiar regiones situadas hasta 300 kilómetros de distancia.
El proyecto se centra principalmente en los embalses de Puclaro y La Laguna, cubriendo un área de operación de 1 millón de hectáreas. La Quebrada de Marquesa ha sido excluida del plan debido a su clasificación como zona de riesgo.
En conclusión, este proyecto representa un audaz intento de abordar la prolongada sequía que afecta a la región de Coquimbo. Aunque los primeros resultados son prometedores, se requiere más investigación y pruebas para evaluar definitivamente la efectividad y el impacto del programa.
