La carrera del baloncestista uruguayo Jayson Granger en su país natal ha estado marcada por un incidente reciente en el que el jugador experimentó racismo tanto dentro como fuera de la cancha. Durante la final de la liga con el equipo Peñarol, la calidad del juego fue ensombrecida por el odio y el racismo que resonó en las gradas.
El incidente se produjo durante el comienzo de la serie de partidos, donde Granger tuvo un altercado con un jugador rival, ‘Pepo’ Vidal. Granger, que anteriormente jugó para Unicaja, Baskonia y Estudiantes, se disculpó por sus gestos hacia Vidal, pero ha expresado con firmeza su consternación por los continuos insultos racistas que ha recibido.
Jayson Granger denunció insultos tales como “sos mío mono”, “negro cagón” o “negro esclavo”. En un comunicado publicado en sus redes sociales, el jugador manifestó su profunda tristeza y frustración por la situación, destacando la aparente falta de medidas para combatir el racismo en los eventos deportivos en Uruguay. “Una vez más vuelvo a sufrir el racismo y el odio gratuito de una cancha llena en un espectáculo deportivo y me veo obligado a hablar”, expresó Granger.
En su denuncia, el baloncestista también mencionó que el racismo no sólo viene de los espectadores, sino también de sus compañeros de juego. Según Granger, él ha sido sujeto de burlas racistas por parte del propio ‘Pepo’ Vidal, quien según él ha pronunciado expresiones racistas como “sos mío mono” y “negro cagón”.
La reacción de las autoridades y los árbitros ante las denuncias de Granger ha sido también motivo de preocupación para el jugador. A pesar de haber manifestado sus inquietudes a la terna arbitral, a los jueces y a la Federación, Granger afirma que sus preocupaciones fueron recibidas con indiferencia y que no se tomaron medidas al respecto.
Jayson Granger expresó su tristeza por ver a los espectadores jóvenes, acompañados por sus padres, pronunciar insultos racistas. El jugador lamentó profundamente el hecho de que en su propio país, haya tenido que enfrentarse a tal grado de racismo, algo que nunca antes había experimentado en sus 18 años de carrera profesional. “Me siento profundamente triste y desprotegido de ver a niños espectadores junto a sus padres en mi propio país llamando a alguien negro esclavo”, compartió el atleta.
Pese a su altercado con Vidal, Granger reconoció que sus acciones no fueron las adecuadas y pidió disculpas en dos ocasiones. Sin embargo, destacó que su reacción fue provocada por el constante racismo y odio que ha experimentado en Uruguay, en particular en ciertas canchas como la de la final de la liga. “Está claro que mis gestos el otro día no fueron los adecuados y por ello pedí perdón dos veces, pero vienen por algo: por le cúmulo de racismo y odio al que me he visto sometido en ciertas canchas como la de ayer, de forma reiterada e injusta”, afirmó Granger.
El incidente ha resaltado la necesidad de medidas más fuertes y efectivas para combatir el racismo en los deportes, no sólo en Uruguay sino en todo el mundo. Aunque Granger se disculpó por sus acciones, su experiencia es un recordatorio de que el racismo sigue siendo una problemática persistente en el deporte y la sociedad en general. El testimonio de Granger, y la falta de acción por parte de las autoridades, pone en evidencia que aún queda mucho por hacer para erradicar el racismo en los eventos deportivos.