Casi media tonelada: así fue el camino de la droga incautada hasta su destrucción

El fin de semana pasado, se realizó el decomiso de droga procesada más grande en la historia de la región de Coquimbo, Chile. Mediante una fiscalización rutinaria, los Carabineros pudieron sacar de circulación casi media tonelada de estupefacientes, entre marihuana, cocaína, y pasta base.

Se informó que se decomisaron 415 kilos de marihuana, 30 kilos de cocaína, y diez de pasta base, detectados gracias a uno de los perros antidroga del equipo OS7. Las sustancias provenían de distintos puntos del norte y serían distribuidas en las regiones del centro y sur del país. Sin embargo, tras la incautación, la droga inicia una nueva ruta hacia su total destrucción.

El General Juan Muñoz, Jefe de la Zona de Carabineros Coquimbo, explicó que, por ley, deben entregar la droga decomisada al Servicio de Salud antes de 24 horas a contar del procedimiento e incautación. «Todas las drogas que están relacionadas con la ley 20.000 tienen que ser puestas a disposición del Servicio de Salud», señaló.

El oficial hizo hincapié en que, en casos de grandes cantidades, a veces no pueden entregarse en las instalaciones del Servicio de Salud, debido a la falta de espacio para acopiar dichas sustancias. Si es necesario eliminarla in situ, se realiza un resguardo del área hasta que sea destruida. Si se debe trasladar, los Carabineros realizan todo el protocolo y resguardo de seguridad con sus equipos.

En la Cuenta Pública se reflejaron las cifras de los operativos 2023, que mostraron que casi dos toneladas de droga fueron incautadas durante el año pasado. Este año, en el primer semestre, ya han superado esta cifra. «Eso es un trabajo que tiene un riesgo de por medio, porque los riesgos siempre están presentes», indicó Muñoz.

Desde el Servicio de Salud se informó que, cuando la droga se incauta, se informa al Ministerio Público y se comienza a gestionar su entrega para su destrucción. En el caso de un cultivo de cannabis sativa, puede eliminarse en el mismo sitio, dependiendo de la cantidad de plantas sembradas, el acceso al lugar, y si se cuenta con la logística para moverla de sitio.

Todos los métodos de destrucción se realizan mediante la incineración, ya sean de drogas de origen natural, de origen sintético, o semi sintético. Cuando las cantidades son manejables, pasan por un proceso de incineración con equipos y aparatos bajo la supervisión directa del Servicio de Salud, quienes tienen la experiencia necesaria para llevar a cabo la tarea con todos los resguardos de seguridad.

Antes de la destrucción de los estupefacientes, siempre se procede a analizar químicamente sus componentes. En el caso de la marihuana, esta se analiza regionalmente a través del laboratorio de la Secretaría Regional de Salud. Pero en el caso de drogas más fuertes como la cocaína, una muestra es enviada a Santiago a los laboratorios del Instituto de Salud Pública. En estos casos se analiza pureza o composición química, que puede reportar algún tipo de procedencia o de fabricación.

El Instituto de Salud Pública (ISP) informó en 2019 el hallazgo de nuevas drogas naturales, sintéticas, y semisintéticas. El opio, droga que no se incautaba desde hace una década, y estupefacientes sintéticos como la Dimetoxifeniletilamina, un producto perteneciente a la familia de las feniletilaminas que se venden en el mercado ilícito como Éxtasis, fueron algunos de los hallazgos. También se reportaron en menor medida muestras de heroína, mitraginina y amida del ácido lisérgico, que es una sustancia psicodélica natural.

Una de las funciones del ISP es confirmar la presencia de drogas en las incautaciones realizadas por las policías y gendarmería en todo el país, las que se analizan mediante técnicas validadas según estándares internacionales (ONU) y por métodos confirmatorios que permiten detectar y cuantificar de manera inequívoca la presencia de la droga.

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