Si bien, a raíz de COVID-19, todas las industrias enfrentaron el desafío urgente de hacer una transformación digital de su negocio o emprendimiento, el mundo educacional, específicamente el de América Latina, tuvo una repercusión aún más profunda, ya que antes de la pandemia, el panorama era el siguiente: no más del 3% de las escuelas de educación de la primera infancia aplicaban prácticas pedagógicas en el aula, mediadas por las tecnologías.
La pandemia aceleró el ingreso de la educación digital en la primera infancia, pero hemos visto que algunas escuelas han empleado tecnologías que no están diseñadas para niños y niñas de esa edad.
Porque no es lo mismo utilizar una videoconferencia de media hora de duración con un niño de 12 años que ante uno de 6 años, donde los tiempos de atención pueden variar entre 1 y 2 minutos. Además, se ha visto que el desarrollo cognitivo y emocional de esos niños no está adaptado a esa tecnología.
De hecho, la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda no más de una hora al día de exposición a las pantallas, pero sí resalta que en ese tiempo el niño o niña esté expuesto a contenidos de alta calidad, valor educativo y emocional positivo.
Visionando esto, es que hace 8 años PlelQ desarrollamos tecnologías diseñadas especialmente para la edad temprana y hoy contamos con el respaldo de UNICEF y uno de nuestros grandes aliados es la editorial Caligrafix, que gracias a un trabajo en conjunto, se transformaron en la primera editorial 4.0 en LATAM y a la vez, nos ayudó a posicionarnos internacionalmente en la categoría denominada Educación Aumentada, la cual permite que niños y niñas tengan una experiencia inmersiva frente a una pantalla con solo un 10% de inmersividad.
Además, resulta importante destacar que el uso de tecnologías con fines educativos a temprana edad es un complemento y no el reemplazo a lo que un docente puede entregar, ya que los educadores son un elemento clave que sí o sí permanecerá, pues son un agente relevante en el aprendizaje de niños y niñas.
Bajo este contexto recomiendo que los docentes en educación inicial y temprana tomen las siguientes acciones:
- Acceder y capacitarse en recursos y herramientas especialmente diseñadas para la educación temprana.
- Generar un entorno, apoyado por recursos educativos que le permitan al niño o niña aprender jugando.
- Contar con trazabilidad, es decir, que le permiten al profesor o a los padres estar al tanto de los avances del menor.
- Asegurarse que las herramientas cuenten con responsabilidad explícita del uso de la pantalla.
- Agregar recursos educativos que no desconecten al niño o niña con el mundo real, sino que sea complementario con un objetivo físico, tal como sucede con la realidad aumentada.