La idea de que podemos volverse adictos a la comida particularmente a aquellas comidas con sabores que nos gustan mucho ha sido objeto de estudio durante varios años. Seguramente, has escuchado que alimentos como el azúcar generan adicción, pero ¿qué dice la ciencia al respecto?
La Asociación Americana de Psiquiatría en su Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V-TR) estipula los criterios para diagnosticar la adicción, que puede estar enfocada en sustancias como el alcohol o el cannabis, o conductas como el juego. Los criterios de diagnóstico incluyen el deterioro social o la falta de control sobre el consumo.
La adicción a la comida se establece basándose en similitudes con la adicción a sustancias. Ejemplos de esto incluyen la pérdida de control o la necesidad imperiosa de ingerir comida, una pulsión que se activa con alimentos altamente palatables, como aquellos que incluyen altos niveles de sodio o grasas saturadas. En el cerebro, estos alimentos podrían actuar de manera similar a las drogas de abuso.
Diagnóstico de adicción a la comida
El concepto de adicción a la comida presenta varias dificultades. Una de ellas es que la alimentación es una necesidad fisiológica, lo que hace que establecer lo que es adecuado y lo que no sea complejo. A diferencia de las drogas, no es posible que el objetivo del tratamiento sea eliminar el consumo, ya que necesitamos comer para sobrevivir. Además, la adicción a la comida se confunde con otros problemas como la obesidad, el trastorno por atracón o la bulimia.
Si consideramos que una persona puede desarrollar adicción a la comida, parece lógico pensar que sea posible diagnosticarla. Sin embargo, la adicción a la comida no está contemplada en el manual DSM-V-TR como trastorno. Ni la Asociación Americana de Psiquiatría ni la Organización Mundial de la Salud la consideran un trastorno.
Para diagnosticar la adicción a la comida, se utiliza una prueba psicométrica desarrollada por la Universidad de Yale, llamada YFAS. Esta herramienta es la más utilizada para detectar e investigar la adicción a la comida.
Evidencia a favor y en contra
Algunas características de la adicción parecen estar presentes en la ingesta de alimentos. Por ejemplo, hay personas con sobrepeso que no pueden controlar la cantidad de comida que consumen, a pesar de saber que esto les ha causado problemas de salud graves.
Mediante técnicas de neuroimagen, se han observado cambios a nivel cerebral en la adicción a la comida, como alteraciones en áreas cerebrales que también se modifican en la adicción a drogas. En particular, el sistema dopaminérgico mesolímbico se encuentra alterado en ambos casos.
Sin embargo, muchas investigaciones sobre adicción a la comida se han llevado a cabo en modelos animales, como ratas o ratones. En estos estudios, la disponibilidad de los sujetos de estudio a un tipo de comida u otro es bastante limitada, algo que no ocurre en la vida real. Además, la superposición de la adicción a la comida con otros trastornos hace que sea muy difícil aislarla como algo independiente.
¿Adicción al azúcar?
El consumo excesivo de comidas ultraprocesadas con alto contenido en azúcar puede considerarse un subtipo de adicción a la comida. Sin embargo, no está claro que el azúcar pueda funcionar como una droga de abuso a nivel cerebral, al menos en humanos. Algunos estudios también han explorado la posible existencia de adicción al chocolate o a la comida rápida.
¿Existe la adicción a la comida?
Aunque parece obvio que algo sucede con la comida, el concepto de adicción aplicado a la ingesta aún tiene muchos claroscuros que deben ser aclarados mediante investigación. A día de hoy es un término ambiguo, al menos a nivel clínico. Todos los seres humanos compartimos la preferencia por ciertos alimentos, algo que hemos aprendido. Lo que necesitamos entender es por qué el consumo de ciertos alimentos puede volverse problemático para algunas personas. Solo así podremos prevenir estos problemas y ayudar a quienes los presenten.