Quizás el cerdo sea una de las carnes más apetecidas por las personas. No sólo por su exquisito sabor, sino también por la amplia gama de productos diferentes con que se utiliza; jamones, embutidos, salchichas y los diferentes cortes de carne. 

Ahora bien, es común escuchar o leer que es común escuchar o leer informaciones falsas sobre el consumo de porcino. La evidencia científica desmiente esto.

De hecho, en el 59° Congreso SEEN organizado por INTERPORC, Luis Miguel Luengo -Doctor en Medicina, Profesor Titular de Endocrinología y Nutrición Clínica- derriba este mito asegurando que el consumo de carne no aumenta el colesterol ni el riesgo cardiovascular, sino todo lo contrario, ya que su dieta equilibrada contribuye en varios beneficios al organismo.

La carne de cerdo de capa blanca tiene un gran aporte de vitaminas ricas en grupo B y minerales como el hierro“. Además, Luengo sostiene que algunos, como el lomo, son muy bajos en grasa”.

Uno de los interesantes aportes nutricionales que contiene esta proteína es el potasio. Este mineral regula la presión arterial en el cuerpo humano. Asimismo, el zinc ayuda a que las células estén protegidas del daño oxidativo. A esto se le suma la contribución del fósforo y el hierro que posee la carne de cerdo de capa blanca.

El primero colabora con que los huesos y dientes se mantengan en condiciones normales, mientras que el segundo favorece el desarrollo cognitivo de los niños.

Por otro lado, ingerir derivados del porcino proporciona vitaminas que son cruciales para el cuerpo humano. Tal caso son las vitaminas B6 y B12. Ambas regulan el sistema inmunitario. En tanto, la B1 contribuye al funcionamiento del corazón, y la B3 reduce el cansancio y la fatiga.

De esta forma, cuando hablamos de cortes del cerdo como el lomo y el solomillo en términos nutricionales, estos son ricos en vitaminas B1, B3, B6 y B12, y además, aportan zinc, fósforo y potasio. Mientras que las chuletas tienen muchos de los minerales y vitaminas mencionados. 

Las salchichas frescas poseen hierro y fósforo, sumado a las vitaminas B1 y B3. Y en el caso de los derivados de charcutería, como el jamón serrano y lomo embuchado, estos son ricos también en vitaminas B1 y B3, además de proporcionar hierro y zinc al cuerpo humano.

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