El pasado lunes 12 de agosto, la sociedad chilena se despertó con la noticia de la muerte de Luciano Pitronello, un hombre que hace 13 años sufrió la amputación de sus dos manos cuando intentaba instalar una bomba en una sucursal bancaria. Con 35 años de edad, Pitronello murió a causa de un accidente mientras operaba una grúa pluma y se electrocutó.
Luciano Pitronello se convirtió en una figura conocida en todo el país en junio de 2011, cuando su nombre y su rostro inundaron las portadas de los medios nacionales debido al incidente que resultó en la pérdida de sus manos. Durante la madrugada del 1 de junio, Pitronello llegó a una sucursal del Banco Santander ubicado en la avenida Vicuña Mackenna, en Ñuñoa, con el objetivo de instalar un artefacto explosivo.
El dispositivo, fabricado con un extintor y un kilo de pólvora negra, explotó mientras Pitronello intentaba colocarlo, dejándolo gravemente herido. Las cámaras de seguridad del área captaron el incidente, evidenciando la gravedad de las heridas sufridas por Pitronello.
En ese momento, Pitronello era un estudiante de Ingeniería Industrial con especialización en instalaciones eléctricas. La explosión le causó la amputación de ambas manos, lesiones óseas, quemaduras en varias partes del cuerpo y daños en los ojos que resultaron en la pérdida total de la visión.
Pese a la gravedad de su acción, Pitronello fue absuelto del delito de terrorismo. Sin embargo, fue condenado a 6 años de libertad vigilada por el delito de daños bajo la ley de control de armas y por el uso de una placa patente falsa, tal como informó BBCL en su momento.
13 años después de aquel incidente que marcó su vida, Pitronello perdió la vida en otro accidente. Mientras operaba una grúa pluma en el Parque Padre Hurtado en La Reina, se electrocutó en un incidente que además generó un incendio.
Según la información proporcionada por Carabineros, el vehículo que Pitronello manejaba hizo contacto con un cable de alta tensión mientras trasladaba un contenedor. La descarga eléctrica resultante le provocó un paro cardiorrespiratorio. Pitronello fue trasladado con heridas graves a un centro asistencial.
A pesar de los esfuerzos realizados por el personal médico para salvar su vida, Pitronello murió debido a la gravedad de sus heridas. Su muerte cierra el capítulo final de una vida marcada por la violencia y las decisiones erróneas. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la seguridad en el trabajo y las medidas que se deben tomar para garantizar la seguridad de los trabajadores. La muerte de Pitronello es un recordatorio de que la vida puede cambiar en un instante, y de las consecuencias de nuestras acciones.
