A partir de las 10 de la mañana de hoy, en la Catedral de La Serena, se llevará a cabo la misa fúnebre por el eterno descanso del reconocido académico y analista político, Luis Moncayo Martínez, cuyos restos serán trasladados posteriormente hasta Guayacán, en Coquimbo, para ser cremados.
Para la homilía, se espera la presencia de miembros de toda su familia, incluyendo a algunos exintendentes regionales, como Felipe del Río y Ricardo Cifuentes. Su fallecimiento ha provocado un profundo dolor, especialmente entre sus seres queridos, quienes resaltaron los valores humanos de Moncayo y el amor que profesaba hacia sus más cercanos.
En la misma línea, quienes le conocieron no solo han lamentado su partida, sino que han puesto en relieve sus capacidades, reconociendo que fue un gran aporte para el devenir de la región. De hecho, ayer se ofició una primera misa por el descanso de su alma en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, donde sus restos eran velados.
En vida, Luis Moncayo destacó en distintos ámbitos de la vida local, especialmente en el mundo político y académico, pero por sobre todo, destacaron sus cualidades como un servidor público de excelencia. Y es que fue un reconocido hombre de convicciones, humanista cristiano, transparente y generoso, defensor de sus posturas, siempre con argumentos y, dado su conocimiento, fue un verdadero maestro de muchas personas de las que se rodeó en distintos ámbitos.
Considerado un hombre alegre, enfrentó con entereza la enfermedad que le afectó, manteniéndose preocupado hasta el último momento de sus ocupaciones y responsabilidades.
Luis Moncayo Martínez, conocido por su labor en el ámbito académico, deja un legado imborrable en la región de Coquimbo. Su vida fue un ejemplo de dedicación y compromiso con el desarrollo local, y su influencia se extendió más allá de las aulas universitarias, alcanzando a numerosos sectores de la sociedad.
Durante su carrera, Moncayo se destacó por su habilidad para analizar y comprender los complejos procesos políticos que afectaban a la región. Su opinión era frecuentemente solicitada por medios de comunicación y entidades gubernamentales, quienes valoraban su perspectiva objetiva y bien fundamentada. No es de extrañar que su partida haya dejado un vacío difícil de llenar en el ámbito académico y político.
Además de su labor como analista, Moncayo fue un prolífico escritor y conferencista, contribuyendo con numerosos artículos y ponencias en diversos foros y publicaciones especializadas. Su capacidad para comunicar ideas complejas de manera clara y accesible lo convirtió en una figura respetada y admirada por sus colegas y estudiantes.
La noticia de su fallecimiento ha generado una serie de homenajes y reconocimientos. Diversas instituciones educativas y organizaciones sociales han expresado su pesar a través de comunicados y actos conmemorativos. En redes sociales, antiguos alumnos y colaboradores han compartido anécdotas y recuerdos que destacan la calidad humana y profesional de Moncayo.
En el ámbito familiar, Luis Moncayo era un pilar fundamental. Su dedicación a su familia era tan notable como su compromiso profesional. Sus seres queridos recuerdan con cariño su alegría, su buen humor y su capacidad para brindar apoyo en los momentos difíciles. Su partida deja un profundo sentimiento de pérdida entre quienes tuvieron la fortuna de conocerlo de cerca.
El legado de Luis Moncayo trasciende su labor profesional. Su actitud ante la vida y su manera de enfrentar la enfermedad que le aquejaba son ejemplos de fortaleza y resiliencia. Incluso en los momentos más críticos, Moncayo mantuvo su espíritu optimista y su compromiso con sus responsabilidades, demostrando una vez más su carácter excepcional.
La misa fúnebre que se llevará a cabo hoy en la Catedral de La Serena será un momento de reflexión y despedida para todos aquellos que admiraron y respetaron a Luis Moncayo. La ceremonia, que contará con la presencia de destacadas personalidades del ámbito político y académico, será un tributo a una vida dedicada al servicio de la comunidad y al conocimiento.
Posteriormente, sus restos serán trasladados a Guayacán, en Coquimbo, donde serán cremados en una ceremonia privada. Este último adiós será un momento de intimidad para su familia y amigos más cercanos, quienes encontrarán consuelo en los innumerables recuerdos y enseñanzas que Moncayo dejó a su paso.
La figura de Luis Moncayo Martínez seguirá siendo una fuente de inspiración para futuras generaciones de académicos y políticos. Su ejemplo de integridad, dedicación y amor por la región de Coquimbo perdurará en la memoria colectiva, recordándonos la importancia de luchar por nuestros ideales y contribuir al bienestar de nuestra comunidad.
En definitiva, la partida de Luis Moncayo deja un vacío difícil de llenar, pero también un legado invaluable que continuará inspirando a todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él. La región de Coquimbo ha perdido a un gran hombre, pero su espíritu y sus enseñanzas perdurarán en el tiempo, recordándonos siempre la importancia de vivir con pasión, dedicación y compromiso.
La jornada de hoy será un momento para honrar su memoria y celebrar su vida, reconociendo el impacto positivo que tuvo en todos aquellos que tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino. Su legado perdurará en la región de Coquimbo y en los corazones de quienes lo conocieron y admiraron.