Preocupante: Secuestros en la región aumentaron en un 30% entre 2022 y 2023

El secuestro en Chile: Un crecimiento alarmante y una batalla en curso

La amenaza del secuestro en Chile ha aumentado de manera alarmante en la última década. Según un estudio reciente publicado por la Fiscalía Nacional, los secuestros registrados en el país han aumentado en un 136% entre 2013 y 2023. Este aumento, según el informe, ha sido impulsado principalmente por la llegada de bandas criminales organizadas al territorio nacional. Durante este período, se registraron un total de 5.876 secuestros en el país, siendo el crimen organizado el factor predominante en estos casos.

En la Región de Coquimbo, se registró un total de 216 secuestros entre 2013 y 2023, con un aumento del 30% en este tipo de delitos entre 2022 y 2023. Esto coloca a Coquimbo en el quinto lugar con el mayor aumento de secuestros en el país. De acuerdo con el informe de la Fiscalía, los tipos de secuestros más comunes están vinculados a fines extorsivos, ajustes de cuentas, cobros de deudas o venganza, y a la explotación sexual.

El perfil de los secuestradores revelado por el informe es preocupante. La mayoría de estos criminales actúa en grupos de tres para cada secuestro. En muchos casos, la víctima y los imputados se conocen previamente y se utilizan armas blancas o de fuego. En un 25% de los casos, los participantes son extranjeros, principalmente venezolanos. Además, el 88% de los imputados identificados han sido implicados en otros delitos además de los secuestros en los que participaron en 2023.

Con respecto a la metodología de secuestro, el estudio muestra que en el 27% de los casos se emplearon armas de fuego, un ligero descenso con respecto al 30% en 2022. Sin embargo, en el 18% de los casos se usaron armas blancas u objetos contundentes, lo que sugiere que la violencia física directa sigue siendo un método utilizado para la retención de las víctimas.

Para el experto en seguridad y ex-general de Carabineros, Jorge Tobar, este aumento del 30% es alarmante y no se ha comunicado adecuadamente a la ciudadanía. Tobar sostiene que las autoridades deben reconocer este aumento y trabajar activamente para reducirlo. Además, señala que existe una correspondencia entre la cantidad de secuestros y la demografía regional.

Tobar también afirma que en muchos secuestros hay rasgos operativos propios del crimen organizado local y transnacional. Sin embargo, también hay secuestros de criminalidad común y algunos casos simulados que sólo pretendían obtener dinero de los padres o familiares sin que existiera un secuestro real.

La complejidad de los secuestros varía de acuerdo con quienes lo cometan. Durante la planificación, se prevé la selección de la víctima, su atractivo económico y su capacidad de pago. Luego se analizan sus movimientos y espacios temporales durante el día y aquellos que posean mayor vulnerabilidad. Una vez identificado esto, los criminales proceden a secuestrar y trasladar a la víctima a una «casa de seguridad», aislarla de todo tipo de comunicación y visibilidad, y proceder a las demandas.

Tobar asegura que el Ministerio Público, a través de sus equipos ECOH (Equipos de Crimen Organizado y Homicidios), está llevando a cabo un trabajo de gran rigor profesional, metodológico e interdisciplinario, en conjunto con ambas policías, para enfrentar este fenómeno. Sin embargo, critica que el Plan Regional de Seguridad Pública no atiende ni los homicidios ni los secuestros, lo que considera que debería enmendarse.

El exfiscal regional Adrián Vega también expresó su preocupación por el aumento del 30% de secuestros entre 2022 y 2023. Según Vega, es necesario definir los móviles e identificar el lugar de comisión del ilícito para entender mejor la raíz del fenómeno. También sugiere que para caracterizar mejor el fenómeno se debería indicar la nacionalidad de la víctima y no solo del imputado.

El aumento de los secuestros en Chile pone de manifiesto la necesidad urgente de políticas efectivas y una acción coordinada para combatir este flagelo. Mientras tanto, la sociedad chilena sigue sufriendo las consecuencias de la creciente amenaza del secuestro.

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