Tara Jayne McConachy, una enfermera australiana de 33 años, se considera una “muñeca Barbie de edición limitada” ya que se ha sometido a numerosas cirugías plásticas para parecerse, en su opinión, a una muñeca Mattel.

La autoproclamada aficionada a la cirugía se sometió a un lavado de cara de pies a cabeza y ahora está viajando por el mundo para encontrar el cuerpo de sus sueños. Las leyes le prohíben acudir a los quirófanos en Australia debido a la cantidad de cirugías, por lo que recurrió a clínicas internacionales.

Además de sus senos (en los que ha tenido 5 operaciones), también se ha operado la nariz, implantes de glúteos, dentaduras postizas, Botox e inyecciones de labios.

La enfermera  está acostumbrada a que los transeúntes la miren fijamente, con labios enormes, senos en forma de copa E y cintura pequeña. Tara dice que lo que más admira de sí misma son sus labios, describiéndolos como su característica más distintiva.

La australiana dijo que “olvidó cuánto producto se inyectó en sus labios”, pero “siempre se aseguró de que estuvieran llenos” con retoques regulares.

Tal y como declaró recientemente al diario británico Daily Mail, es “adicta” a la cirugía estética desde muy joven. De hecho, su padre le operó los labios y las cejas cuando cumplió 20 años.

“No tengo límites cuando se trata de cirugía plástica. ¡Es increíblemente adictivo!”, dijo al mencionado medio. Hasta el momento, la enfermera no ha revelado cuántas cirugías ha tenido, pero sí dijo que le costaron más de $200,000.

Incluso viajó a Europa para someterse a más procedimientos con el fin de mantener su obsesión por la cirugía plástica durante el encierro de Covid.

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