El pasado domingo, la pasajera Carmen Melo experimentó una situación angustiante mientras viajaba en el vuelo 464 de SKY que partió de Santiago a las 17:30 horas con destino a La Serena. Sin embargo, el avión no pudo aterrizar en la ciudad de destino debido a la densa neblina, lo que provocó que la aeronave regresara a Santiago.
El vuelo, que debía llegar a La Serena a las 18:30 horas, retornó a la capital a las 19:30 horas. El capitán de la nave anunció que volverían a cargar combustible con la intención de retomar el vuelo, afirmando que las condiciones climáticas de la ruta habían mejorado.
Lamentablemente, la situación empeoró cuando el avión intentó aterrizar en La Serena alrededor de las 21:30 horas pero no logró hacerlo. «Trató de aterrizar pero no pudo, momento en que se elevó y dijo ‘vamos en dirección a Iquique'», recordó Carmen. Lo que siguió fue una serie de confusión y angustia para los pasajeros.
El capitán explicó que el vuelo, cuyo destino final era Iquique, incluía una escala en La Serena. Sin embargo, no se proporcionó una explicación clara sobre qué pasaría si el avión no podía aterrizar nuevamente en La Serena. «Cuando el piloto dijo que íbamos al norte, todos pensamos que luego de ello retornaríamos al menos a Santiago», afirmó Carmen.
Cuando finalmente llegaron a Iquique a las 23:30 horas, se les informó a los pasajeros que tenían que bajar del avión, ya que había un vuelo lleno con 165 personas con destino a Santiago. «En eso, señalaron que no tenían hoteles para nosotros y que hiciéramos las gestiones para reembolsar. Tampoco asignaron transporte para desplazarnos con seguridad», denunció Carmen.
Ante la falta de soluciones claras, 85 pasajeros que tenían como destino final La Serena y Coquimbo decidieron no bajarse del avión hasta recibir información sobre cuándo y en qué vuelo podrían regresar. «Uno miraba las aerolíneas y los vuelos para el día lunes estaban copados», explicó Carmen.
Cerca de las 2 de la madrugada, los pasajeros fueron informados de que había un vuelo programado para el día siguiente a las 12:15 hacia La Serena. Esto implicaba que tendrían que pasar la noche en el aeropuerto. «Llegamos ese lunes a las 14:30 y tuvimos que dormir en el aeropuerto todos, las 85 personas», lamentó Carmen.
Esta situación, aunque desafortunada, se ha vuelto cada vez más común para muchos pasajeros, particularmente durante los meses de frío. Cada vez que ocurren incidentes como este, se reabre el debate sobre la necesidad de modernizar el actual aeropuerto o insistir en la construcción de una nueva terminal en otro lugar, como Tongoy.
En una entrevista reciente con Diario El Día, la ministra del MOP, Jessica López, confirmó que las obras preliminares para la modernización del aeródromo La Florida comenzarán durante el segundo semestre de este año. La idea de una terminal aérea en Tongoy «no es una posibilidad en carpeta», afirmó la ministra.
La ministra explicó que «de aquí a 10 años vamos a remodelar ese aeropuerto, agrandando y mejorando su acceso, por lo tanto se quedará ahí. Sin embargo, en la zona sur de Coquimbo el desarrollo inmobiliario es tal que eventualmente se podría generar la demanda de construir un segundo aeropuerto, que podría ser local, en Tongoy o en otra zona».
Por su parte, Javier Sandoval, seremi del MOP, sostuvo que la ampliación del aeródromo tendrá su fecha clave el próximo 15 de agosto. En esa fecha, la concesionaria presentará a la DGAC la propuesta de iniciación de obras. La concesionaria tendrá entonces 15 días para pronunciarse al respecto, teniendo en cuenta todos los requisitos administrativos y ambientales necesarios. Por lo tanto, el inicio de las obras debería comenzar como plazo máximo el 29 de agosto de 2024.
Además, la empresa ya está realizando la instalación de faenas y levantando los cercos del área concesionada. Sobre las obras propiamente tal, el seremi destacó que «lo que más destaca es que se aumentará el tamaño de la terminal de pasajeros, pasando de 4.800 m2 a 13.500 m2, un edificio en dos pisos y nuevos estacionamientos. Además, se contará con dos puentes de embarque y esta terminal quedará habilitada para realizar vuelos internacionales, ya que tendrá instalaciones para la PDI, Aduanas y el SAG».
La nueva concesión, la tercera del recinto, en su fase de construcción contempla la contratación de 250 personas y será ejecutada por el “Consorcio Aeropuerto IV Región”, integrado por las empresas Cointer Chile S.A y Concesiones Coquimbo SpA. El titular tiene un plazo variable máximo de explotación y operación de 260 meses (21 años y 8 meses) e inyectará una inversión de US$59 millones.
Las futuras obras y estructuras consideran también edificios clave en el funcionamiento del aeropuerto como una subestación eléctrica aeronáutica, caseta de control de acceso a instalaciones de la Dirección General de Aeronáutica Civil, estaciones de transmisores, estaciones de receptores, instalación de combustible terrestre, puesto de inspección de carga y puesto de control de acceso a sector carga, además de suministro e instalación de sistemas fotovoltaicos de generación de electricidad.
Para Marcos Carrasco, presidente de la Multigremial de la Región de Coquimbo, la remodelación del recinto es un paso fundamental para impulsar la actividad turística y comercial en la región. “En el caso de que se concrete la ampliación, pasaría a ser aeropuerto, que es lo que nos han comentado las autoridades, donde nos han informado que aumentaría la cantidad de metros cuadrados del edificio principal, y en segundo lugar crecería la pista, llegando a los 2.200 metros. Esa es la información que tenemos hasta ahora”, aseguró. A su juicio, “se hace imprescindible para la región mejorar las condiciones del aeródromo, y ojalá se transforme pronto en un aeropuerto”, puntualizó. Además, el turismo se vería beneficiado con un aeropuerto de mayor envergadura, “con todas las condiciones para recibir una mayor cantidad de vuelos, y también de usuarios”.