En un esfuerzo por enfrentar los desafíos del cambio climático y sus efectos devastadores, la Junta de Vigilancia del Río Elqui (JVRE) ha lanzado un programa innovador para estimular la formación de nubes y, en última instancia, aumentar la precipitación en la región. Este programa de estimulación de nubes combina técnicas aéreas y terrestres para combatir la sequía y mejorar la disponibilidad de agua en la zona.
El método aéreo se basa en la tecnología RainMate, desarrollada en México. RainMate utiliza yoduro de plata en una solución sobreenfriada para inducir artificialmente la precipitación desde un avión. Además, se suma la tecnología nacional de Mettech, que ofrece una solución similar, pero a través de una aplicación terrestre. Después de superar varios obstáculos regulatorios, incluyendo la obtención de los permisos necesarios para el despegue del avión, la JVRE logró la aprobación para el uso de estas tecnologías.
El presidente de la JVRE, Gabriel Varela, describió los desafíos que enfrentaron para conseguir la aprobación del programa aéreo. Inicialmente, el Ministerio de Salud solicitó una ficha técnica sobre la sustancia RainMate. A pesar de este obstáculo, la JVRE pudo cumplir con las normativas chilenas gracias a la rapidez en las respuestas del proveedor y a su oportuna presentación.
Además, se encontraron con dificultades al intentar traer el avión original a Chile y tuvieron que considerar alternativas para adaptar uno localmente. Finalmente, AeroSeed, su proveedor, realizó la adaptación necesaria y obtuvieron la aprobación de modificación mayor requerida por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Con la aprobación del avión y la construcción de estaciones terrestres de estimulación, la JVRE ha consolidado su programa de estimulación de lluvias.
Alex Cortés Flores, juez de río, explicó que el servicio aéreo estará disponible desde mediados de julio hasta mediados de septiembre. Este programa de estimulación de lluvias trazará trayectorias específicas dentro de polígonos de trabajo definidos, con el objetivo de aumentar las precipitaciones en invierno. Los estudios indican que los métodos tradicionales de estimulación de lluvias pueden aumentar las precipitaciones en un 10%, pero se espera que este programa permita superar el 23%.
Carlos Ruiz, director de Asuntos Internacionales de la CORPAN y gestor del proyecto, se mostró entusiasta con esta innovadora iniciativa que fue presentada en 2021 y que está a punto de ser implementada en la Región de Coquimbo. Después de equipar el avión, este será trasladado al aeropuerto de La Serena, donde esperará los próximos frentes climáticos.
Ruiz también destacó que el proyecto está financiado por la Junta de Vigilancia del Río Elqui, una entidad privada que ha apoyado la iniciativa. Además, se están instalando quemadores terrestres de yoduro de plata a más de 2.500 metros de altura, una práctica que ha demostrado buenos resultados durante 20 años en el valle del Cachapoal.
Sin embargo, el director de la CORPAN también criticó la falta de respuesta y apoyo financiero por parte de las autoridades nacionales y regionales. A pesar de esto, espera que tras la implementación de este piloto, se establezca un plan permanente de estimulación de lluvias en la región, financiado por el Estado.
En cuanto a los impactos ambientales, no hay evidencia de efectos negativos significativos. Los estudios han demostrado que la cantidad de yoduro de plata utilizada está muy por debajo de los niveles tóxicos para el medio ambiente. Además, la estimulación de lluvias no afecta la precipitación en zonas vecinas y puede beneficiar áreas situadas hasta 300 kilómetros de distancia.
El programa también incluye una dimensión investigativa, contribuyendo al desarrollo de investigaciones climatológicas que proporcionarán datos valiosos para futuras intervenciones. Por lo tanto, este proyecto no solo se centra en combatir los efectos de la sequía, sino que también busca avanzar en nuestro conocimiento del clima y cómo podemos influir en él de manera segura y efectiva.