La 'ambición silenciosa': Por qué los jóvenes prefieren no ascender en el trabajo

La generación Z está redefiniendo el significado del éxito en el mundo laboral, optando por un enfoque de «ambición silenciosa» que prioriza el bienestar personal y la salud mental sobre los roles de liderazgo de alto estrés y alta responsabilidad. Esta tendencia, que desafía la creencia tradicional de aspirar a ascender en la jerarquía laboral, ha sido identificada y confirmada por varios estudios y encuestas recientes.

Según una encuesta realizada por Visier en 2023, sólo un 38% de los 1.000 trabajadores encuestados aspiraba a ser ascendido a jefe en su trabajo, mientras que el 62% restante prefería mantener sus funciones actuales. Otro estudio realizado por McKinsey & Company y LeanIn.org en el mismo año reveló que sólo el 36% de los trabajadores encuestados aspiraba a convertirse en gerente.

Los motivos de esta preferencia recae en el deseo de evitar el estrés y la presión asociados con roles de mayor rango y en estar satisfechos con su situación laboral actual. El 91% de los encuestados mencionó estos factores como razones para no buscar ascensos.

Jennifer Conejero, psicóloga de Clínica Santa María, explica que esta tendencia refleja un cambio de percepción sobre la vida y el trabajo. Los jóvenes de hoy reconoce que el éxito laboral puede tener un impacto negativo en otras áreas de la vida, como la salud mental, el tiempo de ocio y las relaciones sociales y familiares.

Este fenómeno, denominado «ambición silenciosa» por la revista Fortune, parece haber sido impulsado en parte por la pandemia del COVID-19. La crisis sanitaria mundial ha llevado a las personas a replantearse sus prioridades y a valorar más la importancia de la salud mental.

Carolina Varela, directora de Servicio y Calidad de Adecco, agrega que las generaciones más jóvenes han crecido en un contexto distinto al de sus predecesores. Observar los efectos de la recesión global y la pandemia en las generaciones anteriores les ha enseñado la importancia de la adaptabilidad y la resiliencia.

Además, la cultura laboral ha cambiado. Ahora, hay más énfasis en encontrar un propósito y un significado en el trabajo, más allá de simplemente subir en la jerarquía corporativa.

A pesar de su aparente falta de ambición profesional, los trabajadores de la Generación Z no carecen de aspiraciones en otros ámbitos. Daniela Noria, jefa de Reclutamiento y Selección en el Grupo de Empresas Teamwork, señala que los jóvenes de hoy valoran su bienestar personal y buscan equilibrar su vida laboral y personal.

Según Visier, las principales ambiciones de los trabajadores más jóvenes incluyen pasar tiempo con familiares y amigos (67%), mantenerse física y mentalmente sanos (64%) y viajar (58%).

Rodrigo Lamussi, coach de liderazgo con sede en Sao Paulo, Brasil, opina que aunque es poco probable que la «ambición silenciosa» conduzca a un futuro sin líderes, las organizaciones podrían enfrentar problemas de sucesión a medida que menos personas aspiren a ocupar puestos de liderazgo. Sin embargo, también señala que aquellos que mantienen la ambición de avanzar en su carrera pueden aprovechar esta tendencia para mejorar sus habilidades y llenar el vacío de liderazgo.

Para atraer y retener a los trabajadores jóvenes, las empresas deben adaptarse a estas nuevas expectativas laborales. Varela sugiere varias estrategias, como fomentar un equilibrio entre la vida laboral y personal, crear oportunidades de desarrollo personal, promover una cultura de empresa inclusiva y ética, e implementar un liderazgo participativo.

Por su parte, Conejero destaca la importancia de promover liderazgos empáticos y de entender que los tiempos cambian y que la visión de los trabajadores más jóvenes se moldea en parte por los fracasos personales observados en las generaciones anteriores.

En definitiva, las empresas necesitan reconocer y adaptarse a las nuevas realidades laborales de las generaciones más jóvenes si quieren beneficiarse de una fuerza laboral diversa, creativa y altamente adaptativa.

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Gobierno apela a determinación del Tribunal Ambiental por Dominga


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El gobierno ha decidido apelar a la reciente determinación del Tribunal Ambiental relacionada con el controvertido proyecto minero Dominga. Esta decisión ha generado un amplio debate en la esfera pública, influyendo en diversas áreas como el medio ambiente, la economía y la política.

La apelación surge como respuesta a la resolución del Tribunal Ambiental que había fallado a favor del proyecto Dominga, permitiendo su avance tras años de disputas legales y administrativas. El proyecto Dominga, que contempla la extracción de hierro y cobre en la Región de Coquimbo, ha sido objeto de intensas críticas por parte de organizaciones ambientalistas y comunidades locales, quienes argumentan que podría causar un daño irreparable a los ecosistemas marinos y terrestres de la zona.

El gobierno, al presentar su apelación, argumenta que el fallo del Tribunal no consideró adecuadamente los impactos ambientales negativos que el proyecto podría tener. Además, se cuestiona la evaluación de los estudios de impacto ambiental presentados por la empresa encargada del proyecto, que según las autoridades, contienen deficiencias significativas.

Por otro lado, los defensores del proyecto Dominga sostienen que se han cumplido todos los requisitos establecidos por la normativa ambiental y que el desarrollo del proyecto traerá importantes beneficios económicos, incluyendo la creación de empleos y un impulso a la economía local. La empresa a cargo del proyecto ha manifestado su disposición a implementar medidas de mitigación para minimizar los posibles efectos adversos en el medio ambiente.

La controversia en torno al proyecto Dominga también ha tenido repercusiones políticas, polarizando aún más a los distintos sectores del país. Mientras que algunos grupos políticos apoyan la decisión del gobierno de apelar, argumentando la necesidad de proteger el medio ambiente y las comunidades locales, otros critican la medida, señalando que obstaculiza el desarrollo económico y la inversión extranjera.

En este contexto, el debate sobre Dominga se inserta en un marco más amplio de discusión sobre el modelo de desarrollo que el país desea seguir, equilibrando la protección del medio ambiente con el crecimiento económico. La apelación presentada por el gobierno será revisada por instancias judiciales superiores, que deberán considerar los argumentos de ambas partes antes de emitir un veredicto final.

La decisión de apelar también pone de manifiesto la importancia de fortalecer los procesos de evaluación ambiental en el país, asegurando que sean rigurosos y transparentes. Este caso resalta la necesidad de contar con mecanismos efectivos que garanticen que los proyectos de gran envergadura como Dominga se desarrollen de manera sostenible y responsable.

En conclusión, la apelación del gobierno a la determinación del Tribunal Ambiental en el caso del proyecto Dominga es un reflejo de las complejas interacciones entre desarrollo económico y conservación ambiental. El resultado de este proceso judicial tendrá implicaciones significativas para el futuro de la minería y la protección del medio ambiente en el país.