El 13 y 14 de junio de este año, un devastador incendio arrasó con la Feria de Abasto de Illapel, en Chile. Un total de 228 locatarios vieron cómo el fuego consumía sus lugares de trabajo, su fuente de ingresos y sus sueños. «Nosotros perdimos todo», describe Janet Olivares, delegada de los locatarios, «pero siempre le dijimos a las autoridades que había algo más importante que el capital monetario y eso era la gente».
La Feria de Abasto de Illapel se convirtió en cenizas en un par de días. El primer incendio destruyó el 70% del edificio. Al día siguiente, mientras los locatarios se organizaban para buscar ayuda, un segundo incendio acabó con lo que quedaba. La verdulería, comercio general, pescadería, servicios, artesanías, carnicería y comidas al paso, todo se perdió.
Los locatarios, que por décadas habían trabajado arduamente, vendiendo sus productos en las calles, habían encontrado un lugar fijo y seguro para sus negocios hace ocho años. Sin embargo, este sueño se convirtió en cenizas por razones que aún se investigan.
A pesar de la devastación, los locatarios no han estado solos en este difícil proceso. Desde el primer momento, recibieron apoyo del municipio de Illapel, el alcalde Denis Cortés y el gobierno regional, la delegación presidencial y los servicios asociados al Ministerio de Economía. Este apoyo ha sido crucial en su proceso de recuperación.
El delegado presidencial, Galo Luna, ha señalado que se está trabajando para ayudar a los locatarios a recuperar lo que perdieron en el incendio. A través de SERCOTEC, se dispone de más de 900 millones de pesos para su capitalización.
Además, se ha asegurado el compromiso del gobierno para continuar apoyando en este «proceso de largo aliento». Se están tomando medidas urgentes, de mediano y largo plazo, para ayudar a los locatarios a salir adelante.
A nivel regional, se ha confirmado la reasignación de recursos del programa Crece de SERCOTEC para dirigirlos a los locatarios. También se ha coordinado con BancoEstado para proporcionar una prórroga de seis meses para el pago de créditos, lo que podría beneficiar hasta 157 personas.
La Tesorería General de la República ha coordinado para detener cualquier proceso de cobro y sanciones a los locatarios por las deudas.
Pía Castillo, la seremi de Economía, Fomento y Turismo, ha destacado su rápida respuesta «solo unas horas después de ocurrido el siniestro» para realizar un catastro de los comerciantes afectados. Además, tras la solicitud por parte del delegado Galo Luna, se ha coordinado con otros servicios públicos para proporcionar apoyo a las comunidades indígenas, adultos mayores y mujeres emprendedoras afectadas por el incendio.
El municipio de Illapel ha proporcionado un aporte social de 400 mil pesos a cada uno de los locatarios. Este dinero ha permitido cubrir las necesidades más urgentes, como pagar cuentas, atender los compromisos educacionales de los hijos y el sustento diario.
Pero quizás lo más emocionante para la comunidad ha sido la instalación de una feria de emergencia en el sector del estacionamiento interior, ubicado al costado del CESFAM Urbano de Illapel. Esta feria permite a los locatarios vender sus productos y retomar su actividad.
El alcalde Denis Cortés invitó a toda la comunidad a visitar la nueva feria de emergencia que funciona de lunes a sábado de 9:00 a 16:00 horas. Agradeció el gran trabajo y esfuerzo demostrado por los funcionarios municipales para habilitar el lugar y en menos de 15 días disponer de un nuevo espacio.
En paralelo, se está avanzando en un proyecto de una nueva Plaza de Abastos con más comodidades y seguridad. Este proyecto se postulará a fondos del gobierno regional.
A pesar de la devastación y la pérdida, la comunidad de la Feria de Abasto de Illapel demuestra una increíble resiliencia. Con el apoyo de las autoridades y su propia determinación, están trabajando para reconstruir sus sueños y retomar sus vidas. Su historia es un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la colaboración en tiempos de crisis.