El escándalo del Caso Audio ha desvelado una red de corrupción y lujos indebidos que involucran a figuras prominentes del ámbito empresarial y político chileno. En el centro de esta trama se encuentra Luis Hermosilla, quien, según la investigación del Ministerio Público, se benefició de ganancias ilícitas derivadas de este caso.
Los Jalaff, una familia influyente en el mundo empresarial, proporcionaron un avión privado para viajes a Pucón y un exclusivo departamento en Concón. Además, Hermosilla recibió cheques para solventar su elevado costo de vida. Estas revelaciones provienen de declaraciones y chats de WhatsApp obtenidos por la Unidad de Investigación de Bío Bío, que reconstruyen una trama de coimas a funcionarios públicos. Incluso, las redes de corrupción alcanzaron al exministro del Interior, Andrés Chadwick.
La indagatoria llevada a cabo por la Fiscalía Metropolitana Oriente, liderada por Lorena Parra y los fiscales Miguel Ángel Orellana y Felipe Sepúlveda, detalla actividades ilícitas que ocurrieron entre 2012 y 2023. Durante este periodo, los empresarios Alberto, Daniel y Ariel Sauer, junto con Rodrigo Topelberg, montaron una bicicleta financiera para transferir dinero a la familia Jalaff, controladora del Grupo Patio.
Los dueños de Factop emplearon facturas ideológicamente falsas y estafaron a inversionistas, prometiéndoles rentabilidades superiores a las del mercado financiero, pero luego dejándolos sin respuesta. Los fondos obtenidos terminaban en manos de Álvaro y Antonio Jalaff, además del propio Luis Hermosilla y Leonarda Villalobos, quienes, según la investigación, apoyaron en el fraude.
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) descubrió las oscuras operaciones, iniciando una fiscalización que, para junio de 2023, ya tenía a los implicados nerviosos. En un audio clave, Hermosilla comenta: "Estas hueás se arreglan con plata que se pasa, se pasa en un sobre. Y, de hecho, ya tenemos la cagá".
Los intercambios de mensajes entre Hermosilla y Antonio Jalaff revelan una relación estrecha desde 2016. En uno de los mensajes, Jalaff le pregunta a Hermosilla si puede ser su suplente en el directorio de Patio, a lo que Hermosilla responde que sería un honor. En otro mensaje de 2019, Hermosilla agradece a Jalaff por prestarle su avión: "Toñito!! Exquisito el avión!! Un espectáculo!".
Para el Ministerio Público, esta relación es crucial, ya que los dineros defraudados a terceros terminaban en manos de los Jalaff. Las facturas emitidas por las empresas de Jalaff comenzaron a perder atractivo para el mercado debido a su default económico. Por ello, solicitaron a los Sauer que emitieran facturas falsas desde empresas de fachada como DAS y Guayasamín.
Daniel Sauer declaró que operaron con facturas falsas a partir de 2020, llegando a manejar operaciones por miles de millones de pesos, de los cuales el 50% eran facturas falsas, principalmente emitidas a Antonio y Álvaro Jalaff. Parte de estas facturas también fueron emitidas a Hermosilla, sumando un total de $355 millones provenientes de empresas ligadas a Factop.
La secretaria de Hermosilla, quien trabajó con él por más de 25 años, reveló que los dineros provenientes de Factop se utilizaban para pagar sus tarjetas de crédito, el arriendo de la casa, agua, luz, petróleo y otros gastos menores.
Además, Hermosilla adquirió un exclusivo departamento en Concón, región de Valparaíso, con fondos obtenidos de manera ilícita. Una conversación de WhatsApp muestra que Hermosilla solicitó dinero directamente a Daniel Sauer para esta compra. Aunque la adquisición se realizó en 2022, el abogado no inscribió la propiedad hasta poco antes de su formalización, lo que se interpreta como una maniobra de ocultamiento.
El gerente de Gespania, la inmobiliaria que vendió el departamento, declaró que el pago se hizo mediante dos cheques, sumando un total de $262,5 millones. Daniel Sauer admitió haber extendido un certificado falso a Hermosilla para justificar la inversión en el departamento.
El audio que destapó todo también reveló el pago de coimas dentro de servicios públicos. Los nombres de Renato Robles Iturriaga y Patricio Mejías Esparza, de la Tesorería General de la República y del Servicio de Impuestos Internos, respectivamente, salieron a la luz. Hermosilla solicitó a Sauer armar una "caja negra" con contribuciones de los hermanos Jalaff para sobornar a funcionarios del SII.
Daniel Sauer afirmó que Leonarda Villalobos ya tenía experiencia en sobornos y que estos eran relativamente baratos. Robles recibió $1,5 millones y Mejías $13,5 millones, pagos que provenían de la cuenta de la consultora de Villalobos.
Finalmente, la investigación concluyó que los implicados usaron diversos métodos para ocultar sus actividades ilícitas, pero las evidencias obtenidas fueron contundentes.