El Centro Científico CEAZA ha emitido un pronóstico de caída de nieve en la cordillera de la Región de Coquimbo que se espera registre entre la noche del miércoles 15 y la madrugada del jueves 16 de mayo, afectando también a la Región de Atacama. Este fenómeno meteorológico, según el meteorólogo Tomás Caballero, estaría asociado al paso de un núcleo frío en altura o baja segregada, y podría venir acompañado de descargas eléctricas debido a su naturaleza convectiva.
“Se esperan precipitaciones de nieve en la cordillera de Coquimbo entre unos 5 a 10 centímetros”, explica el experto meteorólogo. Además, agrega que el nivel de isoterma cero podría oscilar entre 2.800 y 3.500 m s.n.m., lo que podría implicar que la nieve caiga hasta la cota de los 2.600 metros. Este rango se considera dentro de lo normal para la época del año.
Según Caballero, el evento vendría acompañado de bajas temperaturas mínimas entre los días 14 y 17 de mayo en los valles interiores de la Región de Coquimbo. “Se podrían producir heladas superficiales. Las temperaturas deberían rondar entre los 1 y 3 grados, lo que implica que en superficie podrían ser hasta 2 grados más baja. Por lo tanto, se recomienda tomar las precauciones necesarias, principalmente en las zonas de Vicuña, Illapel, Río Hurtado, Salamanca y estar atentos a la evolución del pronóstico”, puntualiza.
A pesar de la alegría que generaron los eventos de precipitaciones registrados a mediados de abril y la semana recién pasada entre los habitantes de la zona, los especialistas advierten que su aporte en recuperar los sistemas hídricos no ha sido de gran relevancia. Según los informes posteriores que ha emitido el CEAZA, La Serena acumularía 6,2 mm; Coquimbo 8.1 mm y Ovalle 10 mm. Sin embargo, lo más importante para incrementar los caudales es que la nieve se vaya acumulando en la cordillera y, en ese sentido, los registros han sido insuficientes.
En el Elqui, a la fecha, hay entre 4 a 6 centímetros de nieve acumulada. “Tenemos El Tapado con 5 cm, Llano de Las Liebres con 4 cm, Guandacol, 4 cm, y La Laguna, 6 cm”, detalla Caballero. En Limarí, la estación de Tascadero registra 14 cm y El Polvo, 23 cm, y en Choapa Casa del Encanto cuenta con 27 cm acumulado.
El meteorólogo indica que para este año se espera que haya lluvias nuevamente, pero no existe claridad de que puedan ser de magnitud. “Dado el fenómeno de La Niña y viendo las proyecciones climáticas, es posible que todavía estemos en déficit. Esta precipitación de ahora ayudó un poco, pero seguimos en déficit, no ha hecho maravillas. Tenemos que esperar. Las proyecciones no son muy buenas, pero nunca se sabe. Lo tendremos que ir viendo semana a semana”.
Valentina Aliste, profesional de Ciencia Ciudadana del CEAZA, recalca además que la permanencia de esta nieve en la cordillera va a depender principalmente de las temperaturas que tengamos en los próximos días “y de la altura en la cual se encuentra, esperándose que la nieve que se acumula en zonas más bajas se va a derretir más rápidamente”.
Es pronto para el análisis, pues el derretimiento de la nieve se genera en primavera-verano. “Aún queda mucho trabajo pendiente para poder cuantificar cuánto es el aporte de esta nieve hacia los caudales y el agua subterránea”, explicó Aliste.
José Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí, corrobora que efectivamente la nieve caída durante el evento pasado fue de 10 cm en promedio. “Eso ayuda un poco para mantener caudal en el río, pero es insuficiente. Prácticamente al embalse no cayó nada”.
El dirigente explica que una medida que están adoptando para incrementar el nivel de reservas del embalse es desarrollar procesos de desagües río arriba, es decir, se alternan 10 días de riego y 10 días se dejan escurrir los canales. “Esto nos va a permitir aumentar un poquito las reservas, pero desde que cerramos los canales hasta que esa agua logra llegar al embalse pasan 10 días. No es inmediato, es un proceso lento debido a la infiltración”.
Respecto a cuál es el aporte de esta iniciativa, señala que “esperamos que, si no lloviera y con los desagües que vamos a estar haciendo alternativamente, creo que vamos a llegar a aumentar más o menos en 2 millones de metros cúbicos el embalse. Para el agua potable alcanza bien para un año, pero para riego no”.
González mantiene la esperanza de que se produzca un evento de mayor magnitud. “Si cayera una lluvia más importante va a escurrir algo de agua y va a llegar al embalse, pero para alcanzar un nivel importante necesitamos por lo menos una lluvia de unos 50 mm para juntar algo de agua, llegar a unos 20 millones (de metros cúbicos) y, por supuesto, que caiga nieve. Eso nos abre la esperanza, porque la nieve que cayó en esta oportunidad fue muy poquita, se derritió ‘al tiro’. Estamos bien complicados, porque la cordillera tiene muy poquita nieve, pero como es tan noble algo de agua tira para aguantar, y Dios quiera que luego nos llegue un chaparrón grande”.
Por el momento, adelanta, están observando con atención otro evento que podría registrarse los días 21 y 22 de mayo. “No sabemos todavía a ciencia cierta si se dará, pero obviamente que estaremos monitoreando y confiando en que sea más grande que los que hemos tenido”, concluye.