Las recientes lluvias en la Región de Coquimbo han reavivado el viejo anhelo de construir el embalse Piedra El Barco para Punitaqui, una idea que ha sido recurrente desde tiempos del mandato del Intendente Regional Renán Fuentealba y del alcalde Pedro Valdivia.
El actual alcalde de Punitaqui, Carlos Araya, enfatizó la necesidad de este embalse, resaltando que esta infraestructura permitiría mitigar los efectos de la sequía prolongada, favorecer la producción agrícola, mantener el ganado caprino y garantizar el suministro de agua a los Comités de Agua Potable Rural. Araya argumentó que esta es una deuda del Estado de Chile con Punitaqui y que el Ministerio de Obras Públicas debería colaborar en su concreción.
El concejal de Punitaqui, Patricio Cortés, también se pronunció al respecto. Cortés señaló que la construcción del embalse es un deseo generalizado entre los agricultores y ganaderos de la comunidad. Sin embargo, reconoció que la inversión necesaria para esta obra es considerable y que, aunque sería maravilloso que el Gobierno se hiciera cargo, también sería prudente considerar alternativas como la construcción de una planta desaladora o varias de tamaño moderado para cubrir las necesidades de agua para el consumo humano en la región.
En la misma línea, el concejal Mario Ortíz sostuvo que es crucial asegurar que las personas puedan permanecer en sus territorios, lo que implica fortalecer la agricultura familiar y las fincas que generan empleo. Ortíz afirmó que lucharía por concretar este sueño que, a su juicio, daría mucha vida a Punitaqui y beneficiaría a los APR ubicados en el lecho del estero, gracias a la escorrentía de un tranque.
Por su parte, la concejala Camila Rojas expresó sus reservas, argumentando que jugar con los sueños de la gente puede ser delicado, especialmente porque desde que se propuso el estudio para el embalse, este no ha prosperado en los distintos gobiernos que han estado al mando.
Entre las opiniones contrarias al proyecto de embalse, destaca la del diputado Ricardo Cifuentes. Cifuentes recordó que los estudios que se realizaron hace tres décadas con Renán Fuentealba demostraron que no hay agua suficiente para llenar el embalse, ni siquiera en épocas de lluvia abundante. Además, señaló que no existe un lugar donde se pueda construir una presa a un costo razonable. Por tanto, considera que la alternativa más viable para Punitaqui es la construcción de una serie de pozos en torno a los esteros y quebradas, lo que generaría una estrategia de riego y aseguramiento del agua para la bebida en la zona del secano afectada por la sequía.
El diputado Víctor Pino también se refirió a este tema, advirtiendo que oficiará a la Dirección de Obras Hidráulicas para conocer el estado en el que se encuentra este proyecto. Pino coincidió en que la construcción de embalses pequeños, como el que se proyectaba para Punitaqui, es totalmente razonable dada la condición climática actual, donde en muy poco tiempo cae una gran cantidad de agua que no es bien aprovechada.
Desde una perspectiva experta, el Director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena (Userena), Pablo Álvarez, señaló que se debe tener en cuenta que la cuenca del estero de Punitaqui es pluvial con cero aporte nival. Álvarez explicó que, aunque siempre es posible construir embalses, hay que cuestionar si es viable hacer esa inversión si la mayoría de las veces no se utilizaría.
Álvarez sostuvo que se debe examinar si la construcción de un embalse es la mejor manera de ayudar al estero de Punitaqui o si existen otras alternativas más adecuadas. En su opinión, se podrían realizar obras de menor impacto o bien apostar por la desalación para garantizar el abastecimiento de agua a las personas en esta región.