En una ceremonia ancestral llena de solemnidad y emotividad, diversas agrupaciones diaguita se reunieron en el principal centro de salud de la provincia de Limarí para celebrar el Año Nuevo de los Pueblos Originarios. La ceremonia estuvo encabezada por María Angélica Araya, meyka y autoridad tradicional de la comunidad Kaikama Tatul Guayaquil. Además de la celebración, hubo un intercambio de semillas entre los asistentes, resaltando la importancia de la preservación de las tradiciones y la cultura indígena.
Este evento se llevó a cabo como parte del desarrollo del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI) del hospital de Ovalle, implementado desde 2018 en colaboración con la Mesa de Salud Ancestral, un grupo compuesto por funcionarios del hospital y miembros de las comunidades diaguita.
“Celebramos el Día de los Pueblos Indígenas y nuestro Año Nuevo con el solsticio de invierno, y también damos a conocer nuestra verdadera cultura y patrimonio, porque siempre nos han tratado como un pueblo muerto, pero nosotros estamos vivos”, explicó María Angélica Araya. La autoridad ancestral destacó el «gran patrimonio y legado» de su pueblo y la sabiduría de los meykos, quienes han tratado enfermedades incluso antes que los médicos.
La sabiduría y tecnología del pueblo diaguita se extiende más allá de la cerámica por la cual son conocidos en los museos. María Angélica enfatizó que sus ancestros eran expertos en diversas disciplinas. “Nuestros ancestros eran muy sabios, pues hacían alfarería, sabían de cosechas, eran trashumantes y conocían todos los caminos de los cerros, sabían de textilería y cerámica, trabajaban la piedra, metales, plata y oro”, destacó.
El director del hospital de Ovalle, Leopoldo Oyaneder, expresó que Chile tiene una deuda pendiente con los Pueblos Originarios en términos de inclusión. “Nuestro hospital ha trabajo en eso, pero debemos seguir trabajando con mucha fuerza en esa senda”, dijo Oyaneder.
El actual hospital de la provincia de Limarí está ubicado mirando hacia la quebrada de El Ingenio, específicamente en el sector de Tuquí. Este lugar tiene una historia rica y antigua, ya que fue habitado por el pueblo diaguita antes de ser desplazados por los conquistadores españoles.
Además del programa PESPI, el hospital de Ovalle se distingue por incluir conceptos diaguitas en su imagen corporativa y por tener un plan de actividades que se realizan con la Mesa de Salud Ancestral. Entre estas actividades se encuentran exposiciones fotográficas de la cultura diaguita y acciones para la preservación del medio ambiente.
La celebración del Año Nuevo de los Pueblos Originarios en el hospital de Ovalle no solo es un reconocimiento a la rica cultura y patrimonio de estos pueblos, sino también un esfuerzo por integrar y dar visibilidad a las comunidades indígenas en la sociedad chilena. Esta ceremonia ancestral, junto con la implementación de programas como el PESPI, son pasos significativos hacia la inclusión y el respeto a la diversidad cultural del país.