El «Patrón de la Droga» en Paihuano: La red de tráfico de sustancias ilícitas detrás del asesinato de Alejandro Ponce
La pequeña comuna de Paihuano en Chile, conocida por sus viñedos y paisajes pintorescos, ha sido recientemente sacudida por un oscuro secreto. La muerte de Alejandro Ponce, en circunstancias sospechosas, ha sacado a la luz una red de tráfico de drogas operada por un hombre conocido por todos en la comunidad como «el Chaca«.
El principal sospechoso del asesinato de Ponce es J.M.O., alias «el Chaca», quien ha sido señalado como el cerebro detrás de una compleja red de tráfico de drogas. Se ha revelado que «el Chaca» operaba su red desde su propia casa, ubicada en el centro de Paihuano. Sus clientes, quienes eran principalmente consumidores de drogas problemáticos, podían comprar y consumir drogas en su casa sin temor a ser descubiertos por la policía.
Según las pruebas presentadas durante las primeras etapas del juicio, «el Chaca» mantenía una variedad de sustancias ilícitas, incluyendo marihuana, cocaína, pasta base y tussy, en su vivienda. Además, se ha revelado que pagaba a sus empleados con un 75% en drogas y el resto en efectivo.
J.M.O., nativo de Paihuano, era un personaje conocido en la comunidad. Comenzó su carrera como constructor y llegó a ser dueño de su propia empresa de construcción. Su habilidad para construir cabañas y piscinas para turistas era muy solicitada en la región de Coquimbo. Sin embargo, detrás de esta fachada de empresario exitoso, se escondía un lucrativo negocio de drogas.
En la comunidad, era un secreto a voces que «el Chaca» era la persona a la que acudir si se necesitaban sustancias ilícitas. A cambio de las drogas, aceptaba dinero, bienes o incluso servicios. Según un conocido de la infancia de J.M.O., «los angustiados llevaban teléfonos y otros aparatos tecnológicos. En su casa podías encontrar varios de estos elementos, e incluso máquinas de paintball o televisores».
La muerte de Alejandro Ponce ha puesto a «el Chaca» en el centro de atención. Uno de los cómplices en el crimen, conocido como «el Argentino«, testificó que denunció a «el Chaca» a la Policía de Investigaciones (PDI) un mes antes del asesinato de Ponce. A pesar de la denuncia, solo se emitió una orden de investigación días después de la muerte de Alejandro Ponce.
El juicio de «el Chaca» ha dejado a la comunidad de Paihuano con muchas preguntas. ¿Por qué, si todos sabían a lo que se dedicaba «el Chaca», no se detuvo antes a este hombre? ¿Cómo pudo operar su red de tráfico de drogas tan abiertamente y durante tanto tiempo sin ser capturado? ¿Por qué la policía no actuó a pesar de las denuncias?
El alcalde de Paihuano, Hernán Ahumada, reconoció que la presencia de drogas en la comuna siempre ha sido un problema, pero la situación se ha agravado con la aparición de drogas más duras como la pasta base y el tussy. Expresó su preocupación constante por la situación, destacando que «existen varias denuncias de posibles vendedores de droga».
La historia de «el Chaca» es un crudo recordatorio de la creciente amenaza que representan las drogas para las comunidades pequeñas como Paihuano. A medida que el juicio continúa, la comunidad espera que se haga justicia por la muerte de Alejandro Ponce y que se tomen medidas para combatir el problema del tráfico de drogas.
El juicio fue suspendido repentinamente después de que una de las magistradas sufrió un aumento repentino de la presión arterial. La próxima sesión de la corte promete más revelaciones sobre la vida y operaciones de «el Chaca», y posiblemente respuestas a algunas de las preguntas que han dejado perpleja a la comunidad de Paihuano.