La preocupación crece en la comuna de los Valles Generosos debido a la acción legal presentada por la empresa sanitaria privada, Aguas del Valle, contra la Dirección General de Aguas de la Región de Coquimbo. La controversia radica en la acusación de no cumplir con su papel de garantizar el recurso hídrico destinado al consumo humano. Esta situación ha causado alarma tanto en la administración local, representada por el alcalde Cristian Herrera Peña, como en la junta de vigilancia del Río Limarí y entre los pequeños productores agrícolas de la comuna.
La empresa solicita la redistribución de las aguas a la Junta de Vigilancia del Río Grande, Río Limarí y sus afluentes. Esto implicaría el cierre de las compuertas hacia las citadas juntas de vigilancia con el objetivo de salvaguardar el agua para consumo humano en las ciudades de Ovalle y Sotaquí. Los más afectados directamente por esta medida serían los agricultores de pequeño y mediano tamaño de Monte Patria, ya que se les prohibiría utilizar los derechos de aprovechamiento de agua para riego de sus cultivos. Esto podría suponer, a largo plazo, un problema para la subsistencia de la pequeña economía familiar campesina.
El alcalde de la comuna de Monte Patria, Cristian Herrera Peña, ha expresado su preocupación por la situación, argumentando que convierte a la comuna y al sector agrícola en una zona de sacrificio. La pequeña producción agrícola se ve amenazada frente al argumento de la protección del agua para el consumo humano. Herrera Peña considera que la acción legal presentada por Aguas del Valle podría ser un golpe letal, ya que busca que toda el agua de Monte Patria se destine al consumo humano.
Aunque la administración municipal reconoce la importancia de proteger el agua para consumo humano, lo hace desde una perspectiva comunitaria y sostenible. Según el municipio, entregar la gestión del preciado recurso hídrico a la empresa sanitaria Aguas del Valle podría implicar mayores dificultades económicas para las familias debido a los pagos asociados al servicio.
Herrera Peña ha citado el artículo 314 del Código de Aguas, en el que argumenta estar de acuerdo con los fundamentos de la solicitud, pero no con las formas de acción. Critica especialmente la escasa inversión que ha realizado la empresa sanitaria en la mejora de su servicio.
La falta de inversión por parte de la sanitaria para garantizar el consumo humano actual es una situación que, según Herrera Peña, pone en riesgo la economía local y, si no se riegan los cultivos en las próximas semanas, puede llevar a la pérdida de todos los empleos derivados de la cosecha de cítricos y de todos los cultivos posteriores de los pequeños y medianos productores agropecuarios.
Los intentos locales para combatir la sequía también se han destacado. La actual administración municipal ha dado prioridad a proyectos de inversión para mejorar el suministro de agua para las comunidades. El alcalde Cristian Herrera Peña ha destacado que se ha trabajado con la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) para habilitar dos pozos de agua, lo que permite suministrar agua a través de camiones cisterna.
La preocupación colectiva ha llevado a los equipos del Departamento Municipal de Fomento a reunirse con los representantes de las juntas de vigilancia de la comuna. En estas reuniones, se ha agradecido la oportunidad de expresar las preocupaciones de los agricultores y buscar soluciones a este complejo escenario jurídico.
La respuesta de Aguas del Valle vino de la mano de su gerente regional, Andrés Nazer, quien argumentó que la actual sequía es de tal magnitud que se requieren medidas extraordinarias. Nazer defendió la acción judicial interpuesta recientemente, argumentando que su único objetivo es asegurar y proteger el agua necesaria para el consumo humano.
En relación a las acusaciones de falta de inversión, Nazer aseguró que durante la concesión, se han invertido más de 80 mil millones de pesos en obras, evitando cortes de suministro por falta de agua en el área urbana de toda la región. Nazer insistió en que el agua necesaria para el consumo humano supone un porcentaje mínimo de las necesidades de la cuenca completa y que, en situaciones extremas, debe ser priorizada.
