¿Cómo enfrentar el frío de la mejor manera? Consejos para calefaccionar los hogares de manera eficiente y sostenible
El clima frío de otoño e invierno impulsa a las personas a buscar maneras de mantener sus hogares calientes y acogedores. A menudo, las opciones disponibles incluyen estufas a leña, gas, electricidad o parafina. Pero, ¿cuál de estas opciones es la más eficiente y sostenible para afrontar las bajas temperaturas?
Luis Silva, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de La Serena y director del Doctorado en Energía, Agua y Medioambiente de la misma institución, proporciona algunas recomendaciones para generar y mantener el calor de manera eficiente en los hogares.
«Uno de los primeros aspectos a considerar es la aislación de las casas, algo que a menudo se pasa por alto», comenta Silva. «Es importante tener en cuenta las filtraciones de aire, ya que se pierde más calor por este desplazamiento que por el movimiento del calor a través de las paredes o ventanas».
Además de una aislación adecuada, Silva sugiere otras soluciones como cubrir las brechas en las ventanas con aisladores comerciales o colocar esponjas debajo de las puertas para prevenir el flujo de aire. También recomienda instalar aislamiento en el techo con una alfombra de lana mineral para minimizar la pérdida de calor.
En cuanto a los tipos de estufas, Silva sostiene que, desde una perspectiva de sustentabilidad ambiental, las estufas eléctricas son la mejor opción. A diferencia de las estufas a gas o a parafina, las eléctricas no generan emisiones contaminantes. Sin embargo, reconoce que estas últimas pueden ser una opción más económica en comparación con la electricidad.
«Las estufas a leña tienen una buena capacidad calorífica, pero lamentablemente son dañinas para el ambiente», explica Silva. «Las estufas a gas son menos perjudiciales, pero aún así emiten dióxido de carbono a la atmósfera, lo que queremos evitar».
Además, Silva enfatiza en los riesgos de salud asociados con la combustión en el hogar. «Al tener en nuestros hogares combustión, estamos empeorando la calidad del aire al interior. En invierno, cuando tendemos a aislar más nuestras casas, el aire puede ‘envenenarse’ con dióxido de carbono, lo que aumenta la probabilidad de enfermedades respiratorias. Por lo tanto, lo ideal es proveer calefacción de manera eléctrica, aunque este tipo de calefacción es más cara, generando un dilema entre ambos tipos».
En días soleados, Silva recomienda aprovechar al máximo la luz natural. «Lo mejor es abrir las cortinas, despejar el paso de luz y dejar que la radiación solar entre. Esta es una forma sencilla en la que uno puede incrementar la temperatura del hogar sin necesidad de consumir electricidad».
En resumen, el equilibrio entre la eficiencia, la sostenibilidad y el costo puede ser un desafío a la hora de calefaccionar un hogar. Sin embargo, con una adecuada aislación, el uso responsable de las estufas y aprovechando al máximo la luz solar, es posible mantener un ambiente cálido y acogedor durante los meses de frío.